Porqué hay 4 millones de parados en el INEM y casi 5 en la EPA

    • Entre los datos de desocupados de la EPA y los parados registrados en el SEPE hay una diferencia de 756.000 desempleados.
    • Lo mismo sucede con el empleo: en la Encuesta de Población Activa dicen que trabajan casi 859.000 españoles más que los trabajadores dados de alta en la Seguridad Social.
Los datos de paro registrado en los servicios públicos de empleo y de desocupados en la EPA siempre muestran grandes diferencias.
Los datos de paro registrado en los servicios públicos de empleo y de desocupados en la EPA siempre muestran grandes diferencias.

Muchos ciudadanos dirán: en qué quedamos, ¿tenemos unos 4 millones de desempleados o cerca de 5 millones? El SEPE(Servicio Público de Empleo Estatal) dice lo primero a finales de cada mes, la Encuesta de Población Activa (EPA)afirma lo segundo cuando termina cada trimestre. En los días en que coinciden ambas estadísticas, como sucede este mes de octubre, la credibilidad a la hora de medir el volumen de desempleo en nuestro país queda en entredicho con tan grandes diferencias. Analicemos porqué.En España existen dos fuentes para conocer el número de desempleados: los desocupados en la Encuesta de Población Activa (EPA), cuyos resultados del tercer trimestre del año hemos conocido hoy, y el denominado paro registrado, que son los parados que están inscritos como demandantes de trabajo en las oficinas de los servicios públicos de empleo (el antiguo INEM, Instituto Nacional de Empleo, es ahora el SEPE, Servicio Público de Empleo Estatal).También hay dos maneras de cuantificar el número de españoles que tienen trabajo: los ocupados, que calcula la EPA conocida hoy, y los afiliados a la Seguridad Social, que son los profesionales dados de alta oficialmente como tales en este organismo y cuyos datos se publican mensualmente.Y es que la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2015, publicada esta mañana, arroja el dato de 4.850.800 de desempleados a finales de septiembre. Algo menos de 5 millones, pero hasta el trimestre anterior superaba ese umbral.Mientras que, sin embargo, los parados registrados en el SEPE ese mismo mes de septiembre, que conocimos a primeros de octubre, fueron 4.094.042. Poco más de 4 millones. ¿Cómo puede explicarse una diferencia tan grande, de 756.758 parados, entre una fuente y otra?Cómo se cuantifica el desempleoLa gran diferencia entre la EPA y los datos del paro registrado se debe, como suele ser habitual cuando de estadísticas se trata, a la distinta metodología de estas dos formas de conocer el volumen de desempleo en nuestro país. Pero también hay una cuestión de fondo que lo explica: el denominado efecto desánimo.En primer lugar, la EPA, como su propio nombre indica, es una encuesta telefónica que realiza trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística (INE) a 60.000 familias en nuestro país. Esta fuente mide no sólo el número de parados, sino también el de ocupados, activos e inactivos. Activos son todos aquellos en edad y disposición de trabajar. Parados serían en la EPA los activos que queriendo trabajar y buscando empleo, no lo tienen. Los ocupados son las personas que sí tienen un puesto de trabajo. Los inactivos son aquellos que no están en disposición de trabajar.Por su parte, el conocido como paro registrado es el número de inscritos como demandantes de trabajo en los servicios públicos de empleo.Desde hace casi una década el dato de paro que arroja la EPA es mayor que el de inscritos en las oficinas de empleo. Esto se debe a la metodología, porque el SEPE no incluye entre los parados a ciertos colectivos agrupados en un grupo denominado Denos. Se excluye de esta forma a algunos jóvenes que aún siguen estudios reglados, a desempleados que participan en cursos de formación ocupacional a través de los servicios públicos o a quienes buscan empleos de corta duración temporal o escasa dedicación en número de horas semanales, entre otros.Esta circunstancia es la explica en buena medida la distancia entre el número de parados en la EPA y en el SEPE. Pero no sólo. Los expertos suelen hablar también del denominado efecto desánimo. Es decir, que hay profesionales que, aun no teniendo trabajo, pueden no inscribirse en las oficinas públicas de empleo porque no perciban ya ninguna ayuda o prestación, ni sigan ningún curso de formación ocupacional, y estén cansados de sellar la papeleta del paro cada tres meses sin resultados. Y es que el porcentaje de españoles que encuentran trabajo a través de los servicios públicos de empleo es casi testimonial.Por estos motivos la mayoría de los expertos señalan que para tener una estimación del desempleo real del país, la EPA es mejor fuente que el paro registrado.La forma de medir el empleoSucede algo similar a la hora de medir el empleo, el número de españoles que están trabajando. La EPA habla de ocupación, de número de ocupados. La otra fuente es la afiliación a la Seguridad Social, dato fiable y objetivo porque es el número de trabajadores dados de alta oficialmente.Tradicionalmente no hay tanta diferencia estadística entre ambas fuentes como sucede con los datos de paro. Las diferencias, aunque las hay y grandes, son menores a la hora de conocer el número de personas con empleo que al medir el número de desempleados. Normalmente, los ocupados en la EPA se alejan menos de los afiliados que constan en la Seguridad Social.Pero no ha sucedido así este trimestre. Mientras que en la Encuesta de Población Activadel tercer trimestre de 2015, publicada hoy, se calculan 18.048.700 ocupados, los trabajadores dados de alta en la Seguridad Social en septiembre (final de ese mismo tercer trimestre) que hemos conocido en octubre fueron 17.189.815 millones. Una importantísima diferencia de 858.885 trabajadores, mayor que la distancia entre parados EPA y desempleados SEPE. La explicación vuelve a ser metodológica: los cotizantes a la Seguridad Social son la media del número de trabajadores inscritos en este organismo a lo largo del mes. Pero también tiene elementos distorsionadores: por ejemplo, un profesional puede ser estar inscrito dos veces y cotizar como asalariado y como autónomo. Por su parte, la EPA es una encuesta y por tanto son los propios ciudadanos los que afirman si trabajan o no. De esa forma, está claro que además de la influencia que ha tenido la temporada turística en esta última EPA el empleo sumergido es un elemento distorsionador de los datos y de la realidad del empleo en España. Si no, ¿cómo se explica que haya menos inscritos en la Seguridad Social que los que dicen tener trabajo cuando se les pregunta?

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