Portugal admite que puede necesitar que la troika suavice sus metas para 2014

  • El Gobierno portugués reconoció hoy que puede necesitar que los objetivos marcados por la troika para el país en 2014 vuelvan a ser suavizados, aunque se comprometió a intentar alcanzarlos antes de tratar cualquier alteración.

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Lisboa, 24 may.- El Gobierno portugués reconoció hoy que puede necesitar que los objetivos marcados por la troika para el país en 2014 vuelvan a ser suavizados, aunque se comprometió a intentar alcanzarlos antes de tratar cualquier alteración.

"No está excluido por parte del Ejecutivo que sea preciso requerir cierta flexibilidad adicional el próximo año, pero debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para respetar los límites que acordamos", señaló el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho.

Durante una intervención en el Parlamento, el líder conservador reconoció, por primera vez, la posibilidad de nuevos cambios en sus objetivos de reducción de déficit, establecidos para este año en el 5,5 % del PIB y para el próximo en el 4 %.

Portugal, que se encuentra bajo supervisión de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde que solicitara el recate financiero hace dos años, cerró 2012 con un déficit público equivalente al 6,4 % del PIB, casi un punto y medio por encima de su meta.

El país no logró cumplir el objetivo de déficit, pese a las duras medidas de austeridad aplicadas por el Ejecutivo a instancias de los organismos internacionales, debido sobre todo a la caída de ingresos públicos, sobre todo por impuestos, en medio del desplome de la actividad económica.

También influyó la decisión de las autoridades comunitarias de no contabilizar en sus cálculos los ingresos generados el año pasado por la privatización de la gestora de aeropuertos ANA al grupo francés Vinci, que supuso un primer encaje financiero de 1.200 millones de euros.

La última revisión de los objetivos de déficit de Portugal data de marzo de este mismo año, cuando la UE y el FMI acordaron relajar sus exigencias hasta el 5,5 % del PIB en 2013 -un punto más que el objetivo inicial-, 4 % para 2014 -con un punto y medio de subida- y del 2,5 % para 2015.

En su intervención parlamentaria de hoy, el primer ministro luso defendió que los sacrificios adoptados durante los dos últimos años "comienzan a dar sus frutos" en el plano financiero, tal y como se observa en las últimas emisiones de deuda lusa.

La posibilidad de que el Gobierno aplique un impuesto extraordinario sobre las pensiones -negociado con la UE y el FMI- volvió a ser protagonista del debate, una vez el Ejecutivo se ha comprometido a buscar otras medidas equivalentes para no tener que aplicarlo.

Esta contribución dirigida a los jubilados lusos nació rodeada de polémica y forma parte de un paquete más amplio de ajustes con el que Portugal pretende ahorrar 4.800 millones de euros al Estado para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas a largo plazo.

"Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para encontrar soluciones alternativas", insistió Passos Coelho, quien defendió el paquete de incentivos fiscales presentado ayer por su gabinete para fomentar la inversión.

Sin embargo, el líder del principal grupo de la oposición, el socialista António José Seguro, calificó los anuncios del Ejecutivo de "operaciones de propaganda" y recordó que pese a los recortes el país continúa aumentando su deuda pública, que ya representa el 127 % del PIB (más de 200.000 millones de euros).

"Lo que no ha hecho el Gobierno es cuidar de la economía porque en estos dos años desde que están en el poder se han destruido cerca de 458.000 puestos de trabajo", señaló Seguro.

El dirigente socialista criticó al primer ministro por "acabar con la inversión pública, retirar la confianza a los inversores privados y debilitar el mercado interno", un perjuicio que en su opinión no podrán compensar los incentivos fiscales planteados ahora por el Ejecutivo.

Desde el Partido Comunista reclamaron una vez más la dimisión del Gobierno conservador luso por los malos resultados económicos de sus dos años en el poder, mientras que desde el marxista Bloque de Izquierda consideraron que la evolución del déficit público "demuestra el suspenso" de sus políticas para consolidar las cuentas públicas.

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