Portugal espera a Dilma Rouseff en junio con las privatizaciones en la agenda

  • Portugal y Brasil preparan un viaje oficial a Lisboa de la presidenta del país suramericano, Dilma Rouseff, previsto en junio según fuentes diplomáticas, en el que estarán encima de la mesa las privatizaciones lusas pendientes.

Lisboa, 31 may.- Portugal y Brasil preparan un viaje oficial a Lisboa de la presidenta del país suramericano, Dilma Rouseff, previsto en junio según fuentes diplomáticas, en el que estarán encima de la mesa las privatizaciones lusas pendientes.

El viaje de la presidenta brasileña, que ya visitó Portugal después de asumir su cargo a principios de 2011, está pendiente de confirmación oficial por parte de los dos países, que trabajan sobre su probable llegada a Lisboa el 10 de junio.

Fuentes diplomáticas confirmaron a EFE el interés mostrado por empresarios brasileños en la privatización de varias empresas públicas lusas, uno de los temas que figura ya en los preparativos de las conversaciones bilaterales.

Brasil -que mantiene una tradicional relación económica y política muy estrecha con Portugal- no podía faltar en los contactos internacionales que ha realizado el Gobierno luso con vistas a esa privatizaciones, según las mismas fuentes.

Aunque ya ha privatizado la mayoría de los activos empresariales en manos del Estado, el Ejecutivo portugués, de signo conservador, todavía tiene pendiente la venta de sus participaciones en la aerolínea TAP, Correos de Portugal, la división especializada en mercancías de Trenes de Portugal y la compañía pública de suministro de agua, entre otras.

El programa de privatizaciones forma parte del plan de ajustes acordado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del rescate financiero de 78.000 millones de euros que concedieron a Lisboa hace dos años.

Portugal ya se ha desprendido de sus activos en las eléctricas EDP y REN, así como en la gestora de aeropuertos ANA, lo que le ha supuesto un encaje de cerca de 4.500 millones de euros.

En todas las pujas hubo presencia de empresas brasileñas, aunque no lograron finalmente ganar las adjudicaciones.

Los ingresos de las privatizaciones aliviaron las necesidades de tesorería de Portugal, cuya profunda crisis económica le obligó a seguir el camino de Grecia e Irlanda y pedir ayuda internacional ante la imposibilidad de financiarse en los mercados.

Pero los recortes y reformas aplicados desde entonces no han reactivado aún la economía lusa que, según las previsiones oficiales, cerrará 2013, por tercer ejercicio consecutivo, con una caída del PIB de al menos un 2,3 % y un desempleo cercano al 18 %.

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