Portugal mantiene los intereses de su deuda a corto plazo por debajo del 5 %

  • Portugal volvió hoy a los mercados para financiarse a corto plazo y logró mantener los intereses de su deuda a tres meses al colocar 750 millones al 4,96 por ciento de interés, en línea con la última subasta del mismo tipo del pasado 20 julio.

Lisboa, 3 ago.- Portugal volvió hoy a los mercados para financiarse a corto plazo y logró mantener los intereses de su deuda a tres meses al colocar 750 millones al 4,96 por ciento de interés, en línea con la última subasta del mismo tipo del pasado 20 julio.

El Estado luso, que vive bajo un estricto programa de ajustes a consecuencia de su rescate financiero, colocó la totalidad del montante previsto -estaba programado entre 500 y 750 millones-, en oposición a la última emisión de bonos, cuando apenas pudo vender la cuantía mínima de la subasta, cifrada en 750 millones de euros.

Asimismo, la demanda de la presente colocación superó a la oferta en 2,6 veces, por encima del registro anterior.

En la última subasta de deuda comparable del 20 de julio, el país había obtenido una rentabilidad del 4,98 % en una colocación de 450 millones, mientras que en la del pasado 6 de julio había desembolsado el 4,92 % de interés por 848 millones.

El próximo 17 de agosto, Portugal regresará a la prueba de los mercados y abrirá dos líneas de crédito de bonos del tesoro de entre 750 millones y 1.250 millones de euros a plazo de tres y seis meses.

El Estado luso continuará emitiendo bonos para hacer frente a compromisos a corto plazo y durante este tercer trimestre prevé obtener entre 4.500 y 6.750 millones de euros en subastas públicas como la de hoy.

A pesar de mantener intereses similares a los de las últimas emisiones, el mercado sigue exigiendo una alta rentabilidad para comprar deuda soberana al considerar que es una inversión de mucho riesgo por las dudas que genera la maltrecha economía lusa, a la que se augura una caída del PIB del 2,2 al 2,3 % este año.

La rentabilidad sobre los bonos lusos se han recrudecido severamente desde el último año y Portugal pasó de pagar un 0,99 % de interés por sus títulos a tres meses en agosto de 2010 a los casi 5 puntos porcentuales en la actualidad.

Este alza de los intereses, que dificulta la capacidad de financiación del Estado, sigue sin remitir, a pesar del rescate financiero de 78.000 millones de euros para salvarle de la bancarrota.

La Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedieron este préstamo durante tres años con el objetivo de que Portugal cubra sus necesidades financieras a largo plazo, refuerce su sistema financiero y recupere la senda de crecimiento a través de severas reformas.

El nuevo Gobierno conservador ya se comprometió a reducir su déficit público en más de tres puntos porcentuales este año, hasta el 5,9 %, mediante un plan fiscal que contempla una subida de los impuestos y una disminución de los gastos estatales, entre otras medidas.

Sin embargo, las dudas de los inversores sobre Portugal aumentaron por la decisión de la agencia de calificación de riesgo Moody's de rebajar, a principios del pasado julio, la nota del país hasta "Ba2", nivel considerado ya como "bono basura" o, lo que es lo mismo, inversión poco recomendable.

En el mercado secundario, que sirve de referencia para evaluar la confianza de los inversores, los intereses de la deuda soberana portuguesa a dos y diez años se situaban esta mañana en el 15,272 % y el 11,203 %, respectivamente, en una jornada en la que la presión de los mercados sobre España e Italia se recrudece.

En el plazo a dos años, la penalización de los bonos subió del 15,18 % del pasado martes hasta el 15,272 % de esta mañana, mientras que a diez años pasaron del 11,12 % hasta el 11,20 % con un diferencial frente al bono alemán que se disparó hasta los 881,9 puntos base.

A cinco años, la deuda soberana lusa se intercambiaba a valores ligeramente inferiores a los del martes, aunque aún por encima del 15 % de interés.

Estos valores están todavía lejos a los alcanzados en los últimos dos meses cuando los bonos a dos y tres años cotizaron cerca del 20 % de interés.

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