Si algo dejan claro las crisis es que nadie está a salvo de sufrirlas. Y, aunque parecía hasta hace dos semanas que los problemas de la deuda soberana era sólo impactaban en la periferia, ahora las dudas se están contagiando a toda Europa.
A los últimos achaques económicos de Francia y los nuevos récords de la prima de riesgo de Bélgicase ha sumado Alemania, la locomotora del Viejo Continente.
Hoy, el Tesoro germano acudía al mercado a colocar bonos a diez años con el objetivo de conseguir vender 6.000 millones de euros. Pero no ha tenido suerte: sólo ha adjudicado 3.644 millones, es decir, el 60% de lo que esperaba.
El decepcionante resultado de la subasta ha provocado una huída de inversores de la deuda alemana, que está viendo cómo el interés de sus bonos a diez años está subiendo. Lo mismo que ocurre con los bonos del resto de sus vecinos europeos.
Pero aún hay más. Otra prueba de que la colocación germana no ha sentado bien al mercado es que el euro ha perdido el nivel de 1,34 dólares, una cota que llevaba sin visitar casi dos meses.
Todo un síntoma de que el corazón de Europa empieza a verse salpicado por unos problemas que, hasta ahora, consideraba ajenos. "Sin duda la escasa demanda de bonos alemanes es un indicativo muy fuerte de que el núcleo duro de Europa no está tan a salvo de la crisis de los periféricos. El euro ha bajado muy fuerte y en sólo unos minutos ha pasado de 1346 dólares hasta 1,337 unidades del billete verde", explica Miguel Paz, director de la unidad de gestión de Unicorp Patrimonio.
Este es, sin duda, un golpe más para la fuerte incertidumbre que ya sufre la eurozona, aunque esa moneda también tiene su cara positiva.
¿El motivo? Según el experto de Unicorp, "es buena noticia si una presión a Alemania puede hacer que de una vez se tomen las decisiones necesarias para sacar a Europa del atolladero en el que estamos entrando".
Entre ellas, por ejemplo, está la creación de los eurobonos, una propuesta a la que opone firmemente la canciller germana, Angela Merkel, y también cerrar el debate sobre qué papel debe tener el Banco Central Europeo en esta crisis. Mientras todos los países de decantan por una posición más activa, la primera potencia europea recomienda un papel más reservado.
Con todo, y a pesar de que no se consigan avances conjuntos en Europa, al menos el mercado ya ha dado el primer toque de atención al principal motor continental.
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