Privatización de aeropuertos en Brasil exige asociación con firma extranjera

  • Los consorcios interesados en disputar el 6 de febrero próximo la subasta de privatización de los aeropuertos de Brasilia, Guarulhos (Sao Paulo) y Campinas tendrán que contar con la participación de un socio extranjero, según las normas de la concesión divulgadas hoy por el gobierno brasileño.

Río de Janeiro, 15 dic.- Los consorcios interesados en disputar el 6 de febrero próximo la subasta de privatización de los aeropuertos de Brasilia, Guarulhos (Sao Paulo) y Campinas tendrán que contar con la participación de un socio extranjero, según las normas de la concesión divulgadas hoy por el gobierno brasileño.

Las reglas de la licitación establecen que, además de una participación del 49 por ciento de Infraero, la estatal que administra los aeropuertos brasileños, cada consorcio tendrá que contar con un socio con experiencia de al menos cinco años en la administración de terminales aéreas que muevan 5 millones de pasajeros al año.

Como en Brasil ninguna empresa tiene esa experiencia, los consorcios tendrán que buscar socios en el extranjero, según admitió el secretario ejecutivo de la Aviación Civil, Clerverson Aroeira, en una rueda de prensa.

"Nuestra intención es incorporar tecnologías internacionales en el sector y difundir las mejores prácticas en la gestión de los aeropuertos, incluso en la propia Infraero", afirmó el funcionario.

"El único operador brasileño con esa capacidad es Infraero. Pero hay por lo menos diez grupos con esa capacidad. Estamos ofreciendo condiciones de competición muy buenas", dijo el presidente de la Agencia Nacional de Aviación Civil, Marcelo Guaranis.

El socio extranjero, además, tendrá que contar con una participación de al menos el 5 por ciento en el consorcio.

La privatización de los aeropuertos de Brasilia, del terminal internacional de la ciudad de Sao Paulo (Guarulhos) y de Campinas, un importante puerto de cargas, tiene por objetivo atraer inversiones al sector y mejorar el transporte aéreo de cara al Mundial de fútbol que Brasil organizará en 2014 y a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Además de marcar para el 6 de febrero la subasta de privatización, que estaba inicialmente prevista para diciembre, el edicto con las normas de la privatización estableció el precio mínimo que el Gobierno exigirá por la concesión de cada uno de los aeropuertos.

El consorcio interesado en la concesión del aeropuerto de Guarulhos, el de mayor movimiento en el país, tendrá que pujar a partir de un mínimo de 3.400 millones de reales (unos 1.888,9 millones de dólares) por la licencia.

La oferta mínima para adjudicarse la concesión del aeropuerto de Campinas será de 1.471 millones de reales (unos 817,2 millones de dólares) y la del aeropuerto de Brasilia será de 582 millones de reales (unos 323,3 millones de dólares).

Se adjudicará la concesión el consorcio que ofrezca el mayor valor por la licencia, pero ninguno de los grupos podrá quedarse con más de una de las otorgas.

La empresa que se adjudique la concesión del aeropuerto de Guarulhos tendrá derecho a administrarlo por 20 años, la que venza el de Brasilia por 25 años y la de Campinas por 30 años.

Además de pagar por las licencias, los vencedores se comprometerán con una inversión mínima en la modernización y ampliación de cada una de las terminales.

El consorcio que asuma la administración del aeropuerto de Campinas, por ejemplo, tendrá que comprometerse a invertir por lo menos 8.700 millones de reales (unos 4.833,3 millones de dólares) en diferentes obras.

La mayoría de esas inversiones tendrá que ser realizada antes del Mundial de 2014.

El edicto también incluye exigencias en cuanto a la calidad de los servicios que tendrán que ser prestados, incluyendo cupos en los estacionamientos, sillas en las salas de espera y extensión de las filas en los puntos de atención.

La licitación permite que empresas aéreas tengan hasta una participación del 2 por ciento en los consorcios.

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