Publican dos visiones históricas del ferrocarril en México

  • Dos libros recién publicados por la editorial universitaria de Nebraska rescatan la historia del ferrocarril en México como herramienta para el desarrollo social, político y económico del país.

Lydia Gil

Denver (EE.UU.), 19 feb.- Dos libros recién publicados por la editorial universitaria de Nebraska rescatan la historia del ferrocarril en México como herramienta para el desarrollo social, político y económico del país.

Los estudios se enfocan en periodos históricos diferentes: el ferrocarril como símbolo de progreso durante la era prerrevolucionaria y como ejemplo de sindicalismo durante la guerra fría.

El historiador Michael Matthews enfoca su estudio en el ferrocarril durante en la era prerrevolucionaria en México como símbolo de progreso y modernidad.

Desde el título, "The Civilizing Machine" o la máquina civilizadora, el texto de Matthews sugiere el optimismo de una era obsesionada con la industrialización.

Según Matthews, la prensa y las revistas mexicanas de finales del siglo XIX están repletas de arte, literatura y comentarios editoriales sobre el poder simbólico del ferrocarril.

Una red de ferrocarril era, en aquella época, símbolo de la modernidad industrial, pero también política y económica.

Durante el largo gobierno de Porfirio Díaz, el ferrocarril representó el progreso material de una nación en vías de desarrollo, preocupada por su rol en el mundo moderno.

El problema con la simbología del ferrocarril, explica Matthews, es que era mixta.

La industria del ferrocarril de la época estaba en manos de extranjeros, quienes controlaban el capital y su funcionamiento.

Para complicar el panorama, el ciudadano común miraba con asombro y sospecha a este nuevo medio de transporte que, a sus ojos, presentaba más peligros que ventajas.

Por lo tanto, si bien el ferrocarril era para la élite símbolo del progreso, para el ciudadano común podía simbolizar vulnerabilidad, tanto a nivel personal como nacional.

Matthews explora las caricaturas y comentarios de la época dentro de su contexto histórico y editorial.

Esta doble simbología, según el autor, refleja las divisiones sociales palpables a finales del siglo XIX que presagian el conflicto que impulsaría la revolución mexicana.

Por su parte, el estudio de Robert Alegre se enfoca en los años después de la segunda Guerra Mundial, el periodo entre 1948 y 1958, cuando el Gobierno mexicano ansiaba proyectar una imagen de prosperidad y modernidad.

Su libro, "Railroad Radicals" (Rieleros radicales), se enfoca en el movimiento sindical de los trabajadores de ferrocarril en el periodo de la posguerra en México.

Basado en extensas entrevistas con rieleros y sus familias, el estudio revela el verdadero costo detrás del símbolo del progreso.

Según Alegre, el periodo de la posguerra vio una serie de protestas de trabajadores en demanda de mejores sueldos y condiciones laborales que culminaron en las huelgas de ferrocarril de la década de los cincuenta.

En ese desafío al gobierno del PRI participaron no solo los rieleros, sino también muchas mujeres cuyas vidas estaban ligadas a la industria del ferrocarril.

La inclusión de estas voces femeninas es uno de los logros de este libro, al igual que las anécdotas de trabajadores que son producto de la ardua investigación personal.

Otra característica notable es el prólogo de la escritora mexicana Elena Poniatowska, que describe breve pero eficazmente lo que el ferrocarril significaba para México en la era del Porfiriato (dictadura de Porfirio Díaz por tres décadas), durante la revolución y después.

Poniatowska lamenta la pérdida del ferrocarril como medio de transporte en México como una de las grandes tragedias del pueblo mexicano.

Ambos reconocen en el movimiento "ferrocarrilero" el germen de los valores democráticos, que fue posteriormente aplastado por gobiernos que se rehusaban al cambio.

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