"Rato, Strauss-Kahn y la señora Lagarde son anécdotas dentro del FMI"

La noticia corrió ayer como la pólvora por las redacciones de todo el mundo. La policía francesa estaba registrando la casa de Christine Lagarde, directora general del FMI (Fondo Monetario Internacional) dentro de la investigación por el caso Tapie, un empresario y exministro del Gobierno de Sarkozy.

La investigación se remonta a agosto de 2011 y trata de dilucidar si en 2008, cuando Lagarde era ministra de Finanzas, medió de forma irregular para conceder una millonaria indemnización a Bernard Tapie por la confiscación de una de sus empresas, la firma deportiva Adidas.

Acusada de los presuntos delitos de "complicidad en falsificación" y "desvío de bienes públicos", el escándalo en el que se haya inmersa la directora gerente del FMI es la puntilla que le faltaba a la cúpula de la institución.

Y es que, sus tres últimos mandatarios están en el ojo de huracán.

Dominique Strauss-Kahn (DSK), el antecesor de Lagarde, tuvo que dimitir de su cargo en mayo de 2011, acusado de presunto abuso a una camarera de un hotel de Nueva York.

El francés había tomado el relevo al español Rodrigo Rato, que actualmente se encuentra imputado por el caso Bankia, además de enfrentarse a otras denuncias, como la presentada ayer por la formación UPyD por las retribuciones percibidas por la cúpula de Caja Madrid entre 2007 y 2010.

Todos estos escándalos, además, llegan en un momento en el que el FMI está siempre de plena actualidad, al formar parte de la denominada troika que está dictando los deberes a todos los países rescatados del Viejo Continente.

Reputación y credibilidad

¿Qué credibilidad puede tener esta institución con todos sus últimos mandatarios manchados por la vergüenza? Toda, en opinión del economista de IE Business School, Rafael Pampillón, para quien la reputación del Fondo no se mide por la fama de sus directores generales, sino por la gestión que realiza del dinero público que aportan los países.

"Rato, Strauss-Kahn y la señora Lagarde son anécdotas dentro del FMI", refrenda el profesor de IESE, José Ramón Pin. "El director gerente es más una figura política que un gestor y quien manda realmente en el Fondo son los países que ponen el dinero, sobre todo, Estados Unidos", añade.

Dicho de otro, donde realmente se juega su fama esta institución es en la labor que realiza como gran fondo mundial y, también, en las predicciones que realiza sobre la evolución de la economía de mundial.

Un terreno donde los números demuestran su falta de pericia. Por ejemplo, en enero de 2011, previó que España tendría un crecimiento del 1,5% en 2012. Una estimación que mejoró tres meses después, hasta el 1,6%. A la vuelta del verano, el entusiasmo de sus analistas ya se había moderado (1,1%), para convertirse en claro pesimismo en enero de 2012 (-1,7%).

Durante el transcurso de ese año, el FMI todavía varió en varias ocasiones su previsión, para empeorarla en abril (-1,8%) y luego mejorarla (-1,5%).

El profesor Pampillón disculpa, en parte, estos vaivenes, reconociendo que "todos nos equivocamos". En su opinión, cuando sí quedó desprestigiado el FMI fue con las políticas de austeridad que impuso a las economías asiáticas en la crisis de los años 90.

"Es una institución que ahora está intentando corregir los errores del pasado", señala el economista de IE Business School. Y su gran campo de pruebas actual es el Viejo Continente y los rescates de Grecia, Irlanda, Portugal, la banca española... y, ahora, Chipre.

Ahí, según los expertos, es donde realmente se juega su reputación, no en los escándalos de sus directores. Aunque, como señala el profesor Pin: "¡Qué mala suerte! Debería tener más cuidado" a la hora de elegir a sus primeros espadas.