Rousseff admite que Brasil mejora más rápido en lo social que en servicios

  • La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, encabezó hoy un acto en el que la gestión del aeropuerto de Confins, en Belo Horizonte, fue traspasada a la empresa privada y admitió que el país avanzó más en lo social que en términos de infraestructura y servicios.

Brasilia, 7 abr.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, encabezó hoy un acto en el que la gestión del aeropuerto de Confins, en Belo Horizonte, fue traspasada a la empresa privada y admitió que el país avanzó más en lo social que en términos de infraestructura y servicios.

"Al llevar a 40 millones de personas a la clase media creamos también una demanda de servicios que generó también un proceso de necesidades nuevas" para las que el país no estaba debidamente preparado, reconoció Rousseff en la ceremonia.

Según la presidenta, las personas que han salido de la pobreza en los últimos años en Brasil, que de acuerdo a cifras oficiales llegan a unos 40 millones, "antes no viajaban pero hoy sí lo hacen", por lo que es "urgente adecuar la calidad de los servicios" a esa nueva realidad social del país.

La gestión del aeropuerto de Confins, que sirve como terminal internacional para la ciudad de Belo Horizonte, fue adjudicada por un período de 30 años a la concesionaria brasileña CCR, que tiene como socios a los operadores de los aeropuertos de Zúrich y Múnich.

Esas empresas, agrupadas en el Consorcio Aerobrasil, fueron escogidas en una licitación realizada el año pasado y han asumido el compromiso de invertir 3.600 millones de reales (unos 1.600 millones de dólares) en obras de ampliación y modernización del aeropuerto, por el que transitan unas diez millones de personas cada año.

Según Rousseff, el traspaso de la gestión de Confins a la empresa privada "beneficiará a toda la industria de Minas Gerais", estado cuya capital es Belo Horizonte, una de las doce sedes del Mundial de fútbol que se disputará en Brasil entre junio y julio próximos.

Las mejoras en Confins, por tanto, no serán sentidas por los turistas que lleguen al país para el Mundial, que se calcula que atraerá a unos 600.000 extranjeros.

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