España también se juega hoy la 'vendetta' económica en Durban

  • El España-Alemania de hoy es mucho más que un partido de fútbol: podría ser la vendetta perfecta a las afrentas con las que el gigante teutón ha castigado a la economía española en las últimas semanas. Y eso que algunas grandes cifras económicas demuestran que, en algunos apartados, somos mejores.
E.Utrera/R.Ugalde

Si el balón entra esta noche en la portería germana más veces que en la española, nuestro país habrá hecho historia en el fútbol mundial. Y, de paso, se habrá apuntado el tanto de resarcirse de la ofensiva que en lo económico ha sufrido desde la primera economía europea en los últimos meses.

Y es que, por sorprendente que pueda parecer para la mayoría, no siempre somos peores en la comparación financiera con el gigante alemán.Son más grandes, cierto, porque con los datos de cierre del 2009 en la mano, el tamaño de la economía alemana es de 2,37 billones de euros, frente a los 1,04 billones de España.

También son más sanos, porque el déficit público –la diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta el Estado- es casi cuatro veces más pequeño, y porque su tasa de paro, del 7,4%, no tiene comparación con el 18% de la española. También más ricos, con un PIB per cápita de 116 puntos frente a los 104 de España, y más productivos por hora trabajada.

Pero no es cuestión de rasgarse de vestiduras. Tres años después del comienzo de la crisis, la piel de toro puede presumir de algunas cifras que nos alejan de los países sacrificados por la crisis, léase Grecia y Portugal… y también de pesos pesados como Alemania.

Ahí está nuestro nivel de endeudamiento sobre el PIB, del 54% frente al 79% alemán, que la productividad por persona empleada -110 puntos frente a 105- es mayor, y que el coste laboral por hora trabajada es más del doble en Alemania.

Y, para los escépticos, unos cuantos argumentos más: la economía alemana decreció más que la española en 2009 y los ingresos fiscales sobre el PIB fueron más altos porcentualmente en el país del Rhin que en casa.

Pecata y coyuntural minuta, en cualquier caso, que no resiste la comparación con la salud de las grandes instituciones financieras de ambos países. Alemania, que se gastó 50.000 millones de euros en rescatar el Hypo Real Estate y aprobó en octubre de 2008 un plan de ayuda al sector financiero de 470.000 millones -el FROB español tiene un límite de 99.000 millones-, no puede presumir de una banca sana, precisamente.

Según PriceWaterhouseCoopers los bancos germanos acumulan 213.000 millones en créditos incobrables, frente a los 97.000 de los españoles. Y conviene no olvidar que los dos grandes españoles, Santander y BBVA, son también por ese orden los bancos más solventes de Europa, tal y como filtró el Gobierno español.

En cualquier caso, no hay mejor vara para mediar las distancias económicas entre el país tres veces campeón mundial de fútbol y el aspirante a jugar su primera final que el ya célebre diferencial del bono alemán. Es decir, a la diferencia de rentabilidad entre los bonos españoles y alemanes, cuyas tensiones han puesto a la economía española, al menos dos veces este año, en el disparadero. Ayer, el diferencial se situaba en los 210 puntos básicos.

¿Qué son? El plus que los inversores exigen que les paguen por comprar un bono con más riesgo que otro. Dicho de otra forma, los mercados valoran que la economía española es 2,10 puntos más insegura que la germana. No es extraño que el presidente Zapatero bromeara ayer asegurando respecto al partido de hoy que “creo que el miércoles vamos a superar el diferencial con Alemania".

Ataque en todos los frentes

No será el caso, pero una victoria de los bajitos Iniesta, Villa y Xaxi sobre esos mocetones alemanes de nombres tan intimidatorios como Schweinsteiger o Mertesacker sí rebajaría el diferencial psicológico de los sufridos españoles.

Los mismos que a mediados de junio asistían entre asustados e incrédulos a las noticias, primero de Financial Times Deutchsland, y después del Frankfurter Allgemeine sobre el dispositivo preparado por Europa para salvar a España de la quiebra.

Luego llegaron los desmentidos, pero el daño estaba hecho. Como el que han infligido a los mercados españoles los fondos especulativos que han apostado por la caída de las principales empresas españolas en bolsa. Entre ellos –o eso pensaba todo el mundo hasta ayer- Deutsche Bank.

Hasta ayer, el mayor banco alemán tenía declarado el control del 1,65% de Grifols, el 1,71% de BBVA, el 1,69% de Popular y el 0,54% de Gamesa. Al parecer, los cálculos del banco estaban mal hechos. Otra bromita pesada del amigo alemán.

Unas cuantas razones de peso para desear más que nunca que hoy el fútbol pague con España la deuda histórica de una presencia en la final de un Campeonato del Mundo.

Y es que sobre el tapete verde las diferencias económicas no cuentan. Mandarán el balón y, como siempre en el deporte rey, ese jugador número 12 llamado suerte. La que también va a necesitar España para salir de una durísima crisis que, ojalá que hasta el próximo domingo, siga en stand by, allá por Sudáfrica.

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