Tensión por Malvinas tiñe las relaciones económicas entre Argentina y R.Unido

  • La tensión entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas ha escalado al terreno económico, con derivaciones que afectan intereses de actores ajenos al conflicto y consecuencias inciertas para el comercio bilateral.

Natalia Kidd

Buenos Aires, 11 mar.- La tensión entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas ha escalado al terreno económico, con derivaciones que afectan intereses de actores ajenos al conflicto y consecuencias inciertas para el comercio bilateral.

Cuando restan semanas para el trigésimo aniversario del inicio de la guerra entre ambos países por el archipiélago, la estrategia de Argentina para que el Reino Unido se siente a negociar por la soberanía suma presiones de tipo comercial.

El Gobierno argentino ha solicitado a grandes empresas que importan productos británicos que reemplacen el origen de esas compras por países que apoyan el reclamo de soberanía argentino, una actitud duramente criticada por Reino Unido y por la que la Unión Europea (UE) pidió explicaciones a Buenos Aires.

Según datos oficiales, la balanza comercial beneficia a Argentina, con exportaciones al Reino Unido que en 2011 sumaron 800,8 millones de dólares, pero estas ventas crecieron apenas un 6 %, mientras que las importaciones pegaron un salto del 36 %, hasta los 664,1 millones de dólares.

Así, el saldo comercial positivo para Argentina en su comercio con Reino Unido cayó casi a la mitad en un año.

Según Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, el "enrarecimiento del ambiente" político bilateral por Malvinas "puede tener efectos en los vínculos comerciales".

"El Reino Unido es el quinto mercado en importancia en la UE para Argentina, aunque si consideramos que los principales mercados de entrada son países como Holanda, Alemania o España en los que hay puerto de acceso a otros mercados, debe decirse que la importancia como mercado individual es aún mayor", apuntó el experto en un informe.

Elizondo advirtió que "la tensión política bilateral podrá afectar los negocios entre ambos países y sus empresas", tanto las de capitales británicos que operan en el país suramericano como aquellas argentinas que exportan al mercado británico.

Fuentes de la Cámara de Comercio Argentino-Británica consultadas por Efe prefirieron no hacer comentarios sobre esta situación y sólo aseguraron que trabajan "por lograr el mejor clima de intercambio comercial".

De todos modos, la preocupación empresaria por la tensión comercial ha comenzado a evidenciarse en sectores que exportan al Reino Unido, como el vitivinícola, que tiene en ese país a su quinto destino de ventas, con colocaciones anuales por unos 50 millones de dólares.

"Londres no puso barreras a los vinos argentinos en represalia ni ha amenazado con hacerlo, pero si el conflicto escala, obviamente hay preocupación por que nuestros productos queden afectados. Las bodegas que exportan al Reino Unido están inquietas", dijo a Efe el gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, Sergio Villanueva.

Otro sector en alerta es el turístico, luego de que la sureña provincia de Tierra del Fuego impidiera en febrero el amarre en el puerto de Ushuaia de dos cruceros turísticos procedentes de Malvinas, con 3.500 personas a bordo.

"El sector rechaza esta medida porque Ushuaia impulsa desde hace años el turismo de cruceros y una medida de este tipo daña mucho a futuro a la actividad, afectando a miles de personas que viven del turismo", dijo a Efe Marcelo Lietti, presidente de la Cámara de Turismo de Ushuaia.

Esta ciudad recibe anualmente 280 cruceros y se calcula que cada pasajero deja al bajar entre 120 y 1.600 dólares por día al consumir bienes y servicios locales.

Los buques de carga también están afectados por la tensión bilateral ya que la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte mantiene desde febrero un boicot a las naves de bandera británica que ingresen al país en adhesión al reclamo de soberanía argentino en las Malvinas.

En la práctica, la medida genera que los buques demoren varias horas para entrar y salir de los puertos, con importantes pérdidas económicas para las navieras.

Fuentes del Centro de Navegación, que agrupa a agencias marítimas y armadores, dijeron a Efe que la medida "en la mayoría de los casos ni siquiera afecta a los intereses británicos" porque el boicot incluye a banderas de conveniencia como las de Bermudas, Islas Caimán, Gibraltar, Panamá y Malta.

Argentina ha logrado por otra parte que los países suramericanos más algunos centroamericanos y caribeños nieguen el ingreso a sus puertos de barcos con bandera de Malvinas, un pabellón que consideran "ilegal".

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