Tiempo de cambios en Nokia

  • Las dificultades de la empresa para hacerse un hueco en el segmento de los teléfonos móviles más avanzados le pasan factura a su director ejecutivo
Wicho / Microsiervos

Durante mucho tiempo Nokia ha sido una de las marcas más conocidas en el mercado de la telefonía móvil, pero desde hace ya algunos años se enfrenta con un serio problema.

Y es que aunque es capaz de vender cantidades ingentes de teléfonos móviles de gama baja, le está resultando imposible hacerse un hueco en el segmento de los llamados teléfonos inteligentes o smartphones.

Su apuesta por un sistema operativo como Symbian, que ha demostrado haberse quedado estancado en el pasado, y que ha producido teléfonos tan decepcionantes como el N97, el uso de otra plataforma distinta para sus internet tablets como Maemo, que a pesar de llevar el nombre Nokia no eran teléfonos móviles hasta la aparición del N900 en noviembre de 2009, y en general la falta de un mínimo de innovación son los causantes de esta situación; mientras tanto, su apuesta conjunta con Intel por la nueva plataforma MeeGo, que sustituiría a Symbian, aún está por demostrar su efectividad.

Esto genera dos problemas principales para Nokia. Uno de ellos es que es precisamente en esta gama en la que más dinero se le gana a los terminales, aunque esto queda compensado en parte por las ventas multimillonarias de teléfonos más baratos.

El otro, más preocupante, es la pérdida de imagen que esto supone para la empresa, en la que cada vez menos gente piensa a la hora de hacerse con un teléfono avanzado.

Todo esto ha llevado a que, después de meses de rumores que llevaron incluso al interesado a pedir a los medios que dejaran de hablar del tema, el consejo de administración haya decidido finalmente prescindir de los servicios de Olli-Pekka Kallavsuo, director ejecutivo de Nokia, para sustituirlo a partir del próximo día 21 por Stephen Elop, hasta ahora presidente de la división de Negocios de Microsoft.

El problema es que para muchos analistas Elop no parece ser precisamente la persona adecuada para el cargo, ya que su perfil es más de hombre de negocios que el de innovador y visionario que parece necesitar Nokia en estos momentos.

La situación, a mi modo de ver las cosas, es muy similar a aquella por la que pasaba Apple cuando John Sculley consiguió apartar a Steve Jobs de la empresa, lo que dio paso a unos años muy malos en los que un director ejecutivo tras otro fallaron en darle un nuevo rumbo a la compañía… Hasta que Jobs volvió y la llevó a una de las mejores -sino la mejor- etapas de su historia.

Por si esto fuera poco, Anssi Vanjoki, el jefe de la división de soluciones móviles de Nokia, ha presentado su dimisión, precisamente por la decisión de traer a alguien de fuera para dirigir la empresa, pues de hecho Elop será el primer director ejecutivo de la empresa no finlandés.

Además de Kallavsuo y Vanjoki, también va a dejar la empresa Jorma Olilla, actual presidente del consejo, aunque ha dicho que permanecerá en su cargo hasta la primavera de 2012 para ayudar con la transición aún cuando el viernes pasado había hablado de la posibilidad de dimitir pronto.

No hace falta ser ningún genio para atreverse a decir que el futuro de Nokia en los próximos años va a ser tormentoso, y que probablemente también será una historia apasionante para seguir, al menos para los que la podemos vivir desde fuera, empezando hoy mismo con la celebración de Nokia World 2010 en Londres, donde sin duda se va hablar menos de tecnología que de estos cambios.

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