Tim Harford: "Hay que dejar caer a Grecia para no poner en peligro al resto"

  • Desde el terrorismo internacional hasta el calentamiento global: el británico Tim Harford vuelve a España para presentar su cuarto libro, "Adáptate", (Temas de Hoy), con el que pretende dar respuesta a los grandes conflictos a los que se enfrenta el mundo actual mediante el método clásico de prueba-error.

Andrea Olea

Madrid, 25 sep.- Desde el terrorismo internacional hasta el calentamiento global: el británico Tim Harford vuelve a España para presentar su cuarto libro, "Adáptate", (Temas de Hoy), con el que pretende dar respuesta a los grandes conflictos a los que se enfrenta el mundo actual mediante el método clásico de prueba-error.

Para quienes este nombre no signifique nada, recordar que Harford es el autor del best-seller "El Economista Camuflado", una obra que explica de forma simple la teoría económica que subyace tras los fenómenos cotidianos, y que en su día lo elevó al podio de los 'economistas galácticos'.

En una entrevista concedida a Efe, este columnista del Financial Times explica su particular visión sobre cómo "traducir el fracaso en éxito".

Pregunta: La portada de "Adáptate" sugiere que usted tiene la solución a todos los problemas actuales y que va a ayudar al lector a cambiar el mundo. ¿Demasiada presión?

Respuesta: (Risas) Sí, pero he tratado de ser humilde. Quería comprender si la economía puede solventar los grandes problemas del mundo. La gente que trabaja en tecnología o ciencia me enseñó que todo se reducía a experimentar, fracasar y seguir intentándolo.

P: Pero muchos de los que intentan cambiar las cosas a menudo terminan por ser ninguneados o despedidos.

R: Una de las lecciones del libro es que para hacer nuevas cosas y tener éxito hace falta tener mucho valor, ya que la gente a nuestro alrededor no quiere cambiar las cosas, tiene miedo a fracasar porque incluso los pequeños fallos causan una mala impresión. La gente que realmente consigue hacer cosas de relevancia no tiene miedo de cometer errores, de cargar con pequeños o grandes fracasos.

P: Tras ver lo que ha ocurrido en el mundo financiero, ¿le sigue pareciendo buena idea experimentar? ¿Se debe hacer caiga quien caiga?

R: El problema en el mundo de las finanzas no fueron los experimentos, sino que todos experimentaron con lo mismo y de forma muy arriesgada. El otro problema fueron los sistemas de control. Cuando miro al mundo financiero me doy cuenta de que quienes deberían regularlo no son los políticos, sino ingenieros, psicólogos... Gente que trabaja con accidentes, porque son ellos los que se dan cuenta de que las cosas pueden salir mal y toman medidas en consecuencia.

P: ¿Cómo impedir que vuelva a ocurrir algo similar? Da la sensación de que no ha importado que hubiera "accidentes" mientras se continuara ganando dinero.

R: Cuando hablo de "accidentes" no quiero decir que no haya que culpar a nadie. Es cierto que hubo quien tomó malas decisiones y quien sólo se preocupó por ganar dinero. Ahora bien, aunque los bancos destruyeron la economía global, no lo hicieron a propósito: el sistema de seguridad falló.

P: Usted aventura una posible solución.

R: Sí, quizá parte de la respuesta venga de la propuesta de John Kay (economista y columnista de FT) recogida en el libro y también en el último informe del Gobierno británico.

Los bancos deberían dividirse en dos áreas estancas: una, dedicada a las operaciones "minoristas", como los préstamos, créditos e hipotecas concedidas a familias. Y otra, dedicada a la actividad especulativa e inversora, más arriesgada. De esta forma, si se produjera una quiebra, se trataría de cuentas separadas.

En la crisis el problema ha sido que no se podía salvar sólo una parte de la entidad: Había que rescatar al banco entero.

Por otro lado, hay que exigir más capital a las entidades.

P: La UE tiene problemas recurrentes de deuda. No parece que esté aplicando el método prueba-error.

R: Lo que ocurre en la UE es que durante mucho tiempo no se ha reconocido que había un problema: Grecia. Los políticos europeos se han negado a dejar caer a este país y con ello se está poniendo en peligro a otros como España, Italia, e incluso Francia.

Deberíamos ser valientes, permitir que Grecia quiebre y luego, eso sí, cuidar de ella. Ahora bien, no se puede permitir la desconfianza de los mercados en este país arrastre al resto.

P: ¿Y España, qué debe hacer?

R: La situación es totalmente distinta a la de Grecia. Sin embargo, existe un problema. El próximo Gobierno debe ser inteligente y hacer dos cosas: por un lado, una restricción del gasto público que sea creíble a largo plazo; por otro, se podrían realizar pequeños experimentos con políticas de estímulo, quizá no en todo el país al mismo tiempo, sino sólo en determinadas ciudades. Se trata de experimentar a pequeña escala y ver qué ocurre.

P: A usted no le gusta hacer predicciones, pero debo preguntarle cuándo cree que veremos el final de la crisis.

R: Durante los últimos años ha habido cientos de expertos haciendo cientos de predicciones. Unos han acertado, otros no; al final, no lo han hecho mejor que un grupo de monos tirando dardos a una diana. Estoy muy contento de hacer una predicción para ti: dame una diana y lanzaré los dardos.

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