Todos de acuerdo en gastar menos, pero ¿dónde se hacen los recortes?

  • Los demócratas y los republicanos están totalmente de acuerdo en que hay que imponer disciplina en el gasto del Gobierno Federal para reducir el déficit y aliviar la carga de la deuda.

Jorge A. Bañales

Washington, 28 feb.- Los demócratas y los republicanos están totalmente de acuerdo en que hay que imponer disciplina en el gasto del Gobierno Federal para reducir el déficit y aliviar la carga de la deuda.

La disputa que hoy tiene al país al borde de otra crisis no es sobre la reducción de gastos sino sobre cuáles gastos serán reducidos.

El presupuesto del Gobierno Federal contiene dos tipos de gastos: los compromisos o "gastos obligatorios", y los "gastos discrecionales" por los cuales que cada año pelean el Congreso y el poder Ejecutivo.

Uno de los gastos obligatorios mayores es el programa de Seguridad Social (jubilaciones), que requiere el 22 % de los recursos del Gobierno federal.

Creado en la década de los treinta, cuando la expectativa de vida era de 57 años, la Seguridad Social se ha ido tornando en una carga cada vez más pesada a medida que se extiende la expectativa de vida y llegan a la edad de jubilarse los nacidos entre 1946 y 1964, cuando hubo una explosión demográfica.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos se lleva alrededor del 23 % del gasto federal y casi el 90 % de sus fondos están comprometidos en programas como Medicare (subsidios de gastos médicos para ancianos), y Medicaid (subsidios de gastos médicos para los pobres).

Medicare es, al igual que el Seguro Social, políticamente intocable: los estadounidenses creen que el "contrato social" básico de su nación incluye que al final de la vida tienen derecho a recibir los beneficios para los cuales contribuyeron cuando trabajaban.

Los demócratas, que fueron quienes instituyeron estos y otros programas de asistencia social, se resisten a recortarlos. Los republicanos, que los ven como instrumentos de estatismo y socialización, quisieran reducirlos.

El pago de intereses de la deuda nacional -que suma unos 16 billones de dólares y equivale a más del 100 % del producto interior bruto- se lleva entre el 7 y el 9 %.

El pago de las deudas y otras obligaciones, como los subsidios prometidos a los agricultores, absorben un 13 % adicional.

El Pentágono, al término de una década de guerras, tiene asignado casi el 19 % de los dineros del Gobierno Federal, pero sólo alrededor del 10 % de ese dinero es "gasto obligatorio".

Lo cual deja una ancha tajada para reducciones, según lo ven los demócratas. Y cualquier recorte del gasto militar es anatema para los republicanos.

Solo el 17 % del presupuesto de gastos del Gobierno Federal de EE.UU. es, mayormente, gasto discrecional, y casi todo ello blanco de las ansias ahorristas de los conservadores y los republicanos.

En esta lista se incluyen los sectores de educación, vivienda y desarrollo urbano, diplomacia y ayuda externa, energía, ambiente, ciencias, justicia, exploración espacial, transporte, defensa de los parques nacionales, comercio y la promoción de pequeñas empresas.

El mecanismo que entrará en vigencia a partir del 1 de marzo no recorta las partidas presupuestarias. De hecho no resuelve en una u otra forma las disputas entre republicanos y demócratas.

Lo que este mecanismo significa es que desde esta fecha y hasta el 30 de septiembre (cuando concluye el año fiscal estadounidense) todo el Gobierno debe disminuir el ritmo de crecimiento de sus gastos en el equivalente de unos 85.000 millones de dólares.

Mostrar comentarios