Tráfico. Un 40% de los niños recriminan a sus padres que hablen por el móvil cuando conducen


Un 40% de los niños han reconvenido alguna vez a sus padres para que no hablen por el teléfono móvil mientras conducen, un 31% les hacen esperar a que el semáforo se ponga verde o para cruzar por los pasos de patones, un 30% les instan a que no se enfaden con otros conductores cuando están ante el volante y un 26% les recriminan que pisen el acelerador cuando han superado la velocidad máxima permitida.
Ésta son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio “La educación vial en el entorno educativo: padres, profesores y alumnos”, elaborado por la Fundación Mapfre con cuestionarios a 1.800 personas y presentado este jueves en una rueda de prensa en Madrid.
El estudio señala que muchos menores han corregido al menos una vez a sus progenitores algún comportamiento vial de riesgo, hasta el punto de que el 52% de los padres reconoce que sus hijos les educan en seguridad vial para que sean buenos conductores o peatones.
Además, un 42% de los alumnos de Primaria y Secundaria afirma que sus padres utilizan el teléfono móvil sin manos libres mientras conducen cuando se trata de una llamada urgente o van a poca velocidad por trayectos conocidos, lo que sólo reconoce un 13% de los progenitores.
Otra conclusión del informe de la Fundación Mapfre es que uno de cada tres niños (31%) subraya que sus padres sufren un cambio de actitud negativo cuando se ponen ante el volante.
EXCESIVA VELOCIDAD
Por otro lado, el 60% de los padres y el 50% de los profesores reconoce que superan los límites de velocidad en determinadas condiciones, con excusas como las prisas, el conocimiento del trayecto y la consideración de que el trayecto no es peligroso.
En cuanto al cinturón de seguridad, un 20% de los padres, alumnos y profesores pone impedimentos a colocárselo, fundamentalmente por olvido o porque sólo se lo ponen en viajes largos.
El director general del Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Julio Laria, destacó que, gracias a esta investigación, será posible mejorar los enfoques pedagógicos de la seguridad vial, “buscando siempre una mayor implicación y participación de la familia, que es clave para multiplicar la eficacia de la educación vial”.
Laria recalcó en que debe reforzarse el uso del casco cuando se circule con bicicleta, práctica que no realiza un 48% de los menores, y el del cinturón de seguridad, “que muchas veces no se utiliza en trayectos cortos”.
Asimismo, subrayó la necesidad de mejorar la seguridad en los entornos escolares para corregir problemas como la existencia de vehículos mal aparcados, el tráfico intenso, el exceso de velocidad, la mala señalización vial en las áreas de peatones y la falta de aceras y zonas peatonales.

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