Tres Cantos, la ciudad sin paro

  • Si la aldea de Astérix resistió a los romanos, esta localidad madrileña soporta la embestida del desempleo. Formación e innovación son su poción mágica para combartir el ataque del desempleo y la crisis económica.
José Folgado, alcalde de Tres Cantos
José Folgado, alcalde de Tres Cantos
lainformacion.com
Valentín Bustos/Capital

Se llaman Yago Alonso, María Aragay, Antonio Fernández, Gabriel Martín y Jorge Antequera. Son nombres que podrían corresponder a esos rostros anónimos que, cada mañana, forman una triste serpiente multicolor a las puertas de una oficina de empleo. Pero no. Entre otras razones, por su edad: rondan los diez años. Y es bastante probable que, en el futuro, el término desempleado les suene a chino. ¿La razón? Porque, tan jóvenes, han conseguido destacar en los  premios Soñar hoy para emprender mañana que organiza la Comunidad de Madrid con el fin de impulsar el espíritu emprendedor en la escuela.

Un auténtico dream team que ha aupado a su centro educativo, el Colegio Nuestra Señora de la Merced, de Tres Cantos, a lo más alto del podio en la categoría de Mejor Centro Escolar ¡por tercer año consecutivo! "Con estos trabajos logramos despertar en los alumnos otro espíritu. Que sepan que, en momentos de crisis, es mucho más importante ser emprendedor, asumir retos y conseguirlos", señala Francisco Javier Martín de la Fuente, profesor del centro y finalista en otra de las categorías. Y añade: "Además les inculcamos valores como la creatividad, la confianza en uno mismo, la disciplina y la capacidad de decisión".

No es la única medalla que puede colgarse esta localidad de más de 40.000 habitantes situada al norte de Madrid. A finales de 2009, su tasa de paro era del 7,1%, por debajo de la media en la UE (10%), la mitad que la existente en la Comunidad de Madrid (14,6%), y casi doce puntos inferior a la media española (18,8%). Una especie de oasis, en medio del desierto que es la actual crisis económica, cuyos rayos solares están abrasando a otras localidades con una población similar o superior, como Valdemoro, Castelldefels, Torrelavega, Puertollano, Villareal, Elda, Mérida, Calvià o Talavera de la Reina. Sus tasas de paro no bajan del 13%, y hay casos en los que incluso supera el 20%.

¿A qué se debe esta peculiar situación? "Uno de los motivos es que el 60% de los tricantinos tiene estudios universitarios", argumenta Araceli Temprado, concejala de Empleo del Ayuntamiento de Tres Cantos. Una tasa que, en Madrid, se reduce a la mitad. Y las generaciones que vienen (el 30% de los tricantinos tiene menos de 15 años), apuntan en la misma dirección.

Atractivo tecnológico

Junto a los títulos enmarcados que engalanan las paredes de las viviendas tricantinas (incluso por partida doble, al ser titulados ambos cónyuges, o poseer algún miembro dos carreras), el otro factor que ha rebajado la intensidad del paro tiene nombre propio: tejido industrial. "Somos la segunda ciudad industrial de la Comunidad de Madrid, tras Ajalvir, y ocupamos el sexto puesto en renta per cápita", concreta Antonio Avilés, concejal de Economía y Hacienda. Más de 23.000 euros, por encima de los 17.000 euros de media de la comunidad. Un panal de rica miel que no sólo da empleo al 50% de sus moradores, según fuentes municipales, sino que, cada mañana, atrae a un enjambre de unas 30.000 personas procedentes de otros municipios.

¿Su destino? Dos de cada tres fichan en empresas de alta tecnología y con un alto componente de investigación y desarrollo en campos como informática, biotecnología, electrónica, ingeniería aeroespacial y telecomunicaciones. Es el caso de Siemens, Amper, Teldat, GMV, Grupo Page o Invelco. Es decir,empresas tecnológicas que no han sufrido tanto la crisis como la construcción o el turismo. Firmas que comparten protagonismo con otras que poseen vastas plantillas como Danone, Nivea, Sogecable, Unipapel o Línea Directa (esta última cercana a los 3.000 trabajadores), sin olvidar compañías dedicadas a las artes gráficas, productos de perfumería, alimentación, carpintería metálica…

"Junto a grandes empresas hay industrias tradicionales más reducidas pero muy bien estructuradas", señalaJosé Folgado, alcalde de Tres Cantos. Además, el número de emigrantes sólo representa un 10% de la población, y su preparación está por encima de la media. "Tener una tasa de cualificación mayor facilita tener una tasa de paro menor", matiza el alcalde.

Un capote que no ha evitado que la cornada del paro haya pasado del 4% al 7% (casi 1.000 personas más) en los últimos tres años. Así, a finales de febrero había 1.762 parados, con un sabor semidulce para quienes forman parte del sector industrial (con 135 desempleados), y más amargo para el sector servicios (1.415 parados). ¿El resto? 127 personas en construcción y cuatro agricultores.

Como curiosidad, del total de parados, casi mil (en concreto, 980) son mujeres. "Muchas de ellas acompañan a sus maridos cuando son destinados a algunas de las multinacionales existentes en la localidad", indica Luz María López, presidenta de la Asociación de Empresarias de Tres Cantos. Un continuo ir y venir de ingenieros y técnicos que, unido a la escasa oferta de vivienda (es casi imposible ver un cartel de Se vende), han mantenido a flote los precios de la vivienda mientras caen en toda España cual castillo de naipes. "Se ha revalorizado un 184% en la última década, y tenemos previsto construir 7.000 viviendas", puntualiza el concejal de Economía.

Diversidad industrial

Dos ejemplos de la diversidad industrial de Tres Cantos son Amper, dedicada al sector de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), y La Madrileña, que fabrica y comercializa patatas fritas y frutos secos. La primera está instalada en el Parque Tecnológico de Madrid (PTM), y la segunda en el Polígono Industrial de Tres Cantos (los dos grandes focos industriales de la localidad).

¿Qué tienen en común? A simple vista, nada. Sus plantillas son tan dispares como la noche y el día (alrededor de 350 empleados frente a 62), y en una predominan los titulados mientras que en la otra prevalecen personas con una formación baja o nula. "La gente que vive en Tres Cantos tiene un nivel más alto, por lo que busca otro tipo de trabajo", indica Carlos Sánchez Bajo, director gerente de La Madrileña. De ahí que, en su plantilla,el número de residentes en la localidad no llegue al 20%. En lo que más se parecen es que han sabido capear la crisis.

Así, la multinacional que cotiza en Bolsa cosechó un resultado bruto de explotación recurrente de 21,3 millones de euros en 2009, mientras que el fabricante de patatas fritas facturó 9,4 millones de euros (casi un 5% más). Una razón para que, cada día, lleguen a sus puertas un gran número de currículos.  "Recibimos todos tipo de perfiles, buenos profesionales que, por diversas circunstancias, o buscan un cambio, o se han quedado sin trabajo", apunta Jorge Muñoz, director de Recursos Humanos de Amper.

Creando empleo

Desde finales de 2008, cuando la crisis comenzó a desarrollar su particular halo de destrucción de puestos de trabajo y cierre de empresas, La Madrileña no sólo ha aumentado su plantilla en cuatro personas (la última se incorporó el pasado nueve de marzo), sino que ha tenido que ampliar turnos (dos desde finales de 2009). Pero la travesía no ha sido un camino de rosas. "Aunque las ventas iban bien, tuvimos problemas de financiación. Gracias a Avalmadrid (una sociedad de garantía recíproca) conseguimos subir el escalón que nos hacía falta para salir adelante", puntualiza su director gerente.

Tampoco Amper ha salido indemne. "Hemos tratado de adaptar la plantilla a las circunstancias del mercado, lo que nos ha llevado a realizar una reestructuración para adecuar la estructura a la realidad", argumenta su director de Recursos Humanos. Una realidad que se volvió negra para los 280 empleados de BP Solar (una cincuentena de ellos tricantinos) que vieron cómo la compañía cerró sus puertas a principios de 2009. En una calle paralela a la sede de La Madrileña, también hay una nave industrial con el cartel Se vende.

Con el fin de paliar los efectos sociales de la crisis, y para favorecer el asentamiento de más industrias, el nuevo planteamiento urbanístico del consistorio (en colaboración con la Comunidad de Madrid) ha reservado una zona de más de 150.000 metros cuadrados para actividades empresariales. "La obra civil ya está avanzada, y esperamos que en los próximos dos años comience a visualizarse movimiento en lo que será la Ciudad de la Biotecnología", indica el alcalde.

No es la única apuesta por la alta tecnología. Recientemente, el ayuntamiento se ha convertido en patrono del Parque Científico de Madrid (aportará 160.000 euros anuales), y está prevista la construcción de un complejo residencial de 500 plazas para alojamiento de profesores, investigadores y alumnos de la cercana Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en Cantoblanco, a escasos ocho minutos de la localidad tricantina. "Es una apuesta por un futuro de mayor actividad y más empleo", concluye el alcalde.

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