Un libro sobre sanidad sostiene que salud y negocio no encajan en democracia

  • Sanidad y "negocio" no encajan en una "democracia saludable" para Mariela Rubio, una periodista que carga contra los promotores de la privatización sanitaria en una entrevista con Efe, donde asegura que "no hay mayor ineficiencia que no ofrecer a los pacientes lo mejor para su salud, sino lo más rentable".

Madrid, 11 jun.- Sanidad y "negocio" no encajan en una "democracia saludable" para Mariela Rubio, una periodista que carga contra los promotores de la privatización sanitaria en una entrevista con Efe, donde asegura que "no hay mayor ineficiencia que no ofrecer a los pacientes lo mejor para su salud, sino lo más rentable".

"¿Quién gana con la privatización sanitaria?" Rubio (cadena Ser) intenta resolver ésta y otras cuestiones con "Tu salud, nuestro negocio", una documentada denuncia sobre un proceso que considera "plagado de irregularidades".

PREGUNTA: En su libro deja claro que hay una larga lista de beneficiarios en el proceso de privatización sanitaria. ¿A quién le interesa y por qué?

RESPUESTA: La lista es larga porque el negocio es multimillonario. Hay nombres propios conocidos como los de los exconsejeros madrileños de Sanidad Juan José Güemes y Manuel Lamela; empresas y fondos británicos y americanos. Incluso familiares del fallecido líder de Fuerza Nueva Blas Piñar.

P: En el lado opuesto, ¿quiénes considera que son los principales perjudicados por la privatización sanitaria, si los hay?

R: El proceso ha estado tan plagado de irregularidades que podría decirse que afecta a todos los ciudadanos, porque todos somos susceptibles de enfermar. El gran número de altos funcionarios imputados revela hasta qué punto existe una clamorosa dejación de responsabilidades -como velar por el correcto uso de los recursos públicos- por parte de los gobiernos que más defienden la eficiencia del modelo privado.

P: Precisamente muchas personas defienden que la privatización sanitaria equivale a gestión más eficiente. ¿Qué opina?

R: La falta de transparencia hace prácticamente imposible conocer las sanciones impuestas a las empresas privadas. El principal componente del proceso ha sido ideológico y la "eficiencia" de lo privado se ha defendido como un dogma, pero nadie lo ha podido demostrar.

P: ¿Cómo puede repercutir la privatización sanitaria en la atención que reciben los pacientes?

R: Concebir la sanidad como un negocio siempre tiene difícil encaje en una democracia saludable porque la mayor ineficiencia es no ofrecer a los pacientes lo mejor para su salud, sino lo más rentable. La simple intentona privatizadora ya ha repercutido en la calidad de la atención con la fuerte contestación profesional, que se ha traducido en jornadas de paros sostenidas en el tiempo.

P: ¿Y cómo puede afectar al trabajo de los profesionales de la salud?

R: Los médicos trabajan más, cobran menos y no pueden desvincularse de los criterios de rentabilidad. El proceso ha generado una fuerte conflictividad laboral en forma de huelgas, encierros, manifestaciones y batallas judiciales, debido a que las empresas adjudicatarias han rebajado los sueldos de los trabajadores para maximizar su margen de beneficio.

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