Venezuela busca la solución a su falta de electricidad en las nubes

  • Venezuela tiene en marcha un programa de "siembra de nubes" para provocar la lluvia y llenar así los embalses medio vacíos de los que depende el suministro eléctrico en el país. Chávez declaró la "emergencia eléctrica" hace una semana y culpó a la sequía de los recortes que ha introducido en el suministro y que ha provocado el revuelo entre la población. Pero sus detractores le culpan por una mala gestión y falta de inversiones en las hidroeléctricas durante el auge petrolero que experimentó el país.
Chávez decreta la emergencia eléctrica en Venezuela por la sequía
Chávez decreta la emergencia eléctrica en Venezuela por la sequía
Charlie Devereux | GlobalPost

(Caracas, Venezuela). Un avión sobrevuela la zona sureste de Venezuela y abre fuego contra una gran masa de nubes. No se trata de una guerra con el cielo. Es la lucha contra una sequía severa que ya ha provocado una crisis de electricidad y ha obligado al Gobierno a recurrir a métodos poco convencionales para hacer llover. Las autoridades venezolanas comenzaron a "bombardear las nubes" (siembra de nubes) a finales del año pasado después de comprobar que el país afrontaba una enorme escasez de agua. La estrategia, que dispone de tecnología cubana y chilena, es atacar los cumulonimbos -nubes oscuras que forman frentes muy altos y provocan violentas tormentas- con una mezcla de yoduro de plata, hielo seco y sal para estimular la posibilidad de lluvia.

"Donde quiera que lo hemos utilizado, ha funcionado", afirma José Gregorio Sottolano, presidente del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología de Venezuela. "Lo que no le puedo asegurar, porque sería una mentira, es cuánta agua ha caído o si ha aumentado la cantidad".

Varios países han usado esta técnica durante décadas. Se dice que China lanzó cohetes contra las nubes de Pekín durante los Juegos Olímpicos para reducir la contaminación. EEUU ha sembrado las nubes desde 1946 para hacer llover en áreas de sequía, reducir el tamaño del granizo en caso de tormentas o combatir la niebla en las zonas cercanas a los aeropuertos. Ocasionalmente, también ha hecho nevar en las grandes estaciones de esquí. Once países occidentales mantienen programas de alteración meteorológica.

Sottolano afirma que Venezuela padece los efectos de El Niño, el fenómeno climático que reduce drásticamente las precipitaciones. El río Orinoco, uno de los mayores de Sudamérica, ha registrado mínimos históricos en su caudal en los últimos meses.Y esto es un problema para un país que ha desarrollado la red eléctrica usando la energía de las represas. El sistema fue construido en los años 60 para aprovechar la gran cantidad de ríos y la eficiencia de la energía hidroeléctrica.

Sin embargo, el Gobierno venezolano ahora tiene serios problemas de eficiencia: numerosas plantas termoeléctricas –que calientan el agua hasta que se evapora y posteriormente utilizan el vapor para alimentar las turbinas- funcionan a media capacidad o están aún en construcción. Hasta mediados de enero, la Planta Centro, la principal termoeléctrica del país, sólo tenía uno de sus cinco generadores en funcionamiento.

Mientras tanto, las reservas hídricas de Venezuela siguen bajando. El país está ahora en plena estación seca y los cielos prácticamente no tienen nubes, lo que dificulta el uso de la tecnología de bombardeo. "Las nubes tienen que tener entre cuatro y siete kilómetros de alto para poder sembrarlas", afirma Sottolano. Además, aún existen algunos meteorólogos que dudan de la eficacia del sistema. "El principal problema es encontrar el tipo de nube adecuado y la temperatura correcta. Obviamente es una técnica muy cara, se necesita tener un equipo de expertos con un equipo muy costoso que sobrevuela el cielo, para ver si hay suerte y se logran resultados", explica Roger Williams, ex director del servicio de meteorología de Bermuda. "La siembra de nubes en áreas desérticas o durante la estación seca es probablemente una pérdida de tiempo y dinero", afirma.

E incluso si funciona, tendrá que llover muchísimo durante la estación húmeda para que Venezuela pueda superar la crisis. La represa hidroeléctrica de El Guri aporta el 44 por ciento de la demanda nacional. Sin embargo, un informe de Edelca, la empresa estatal que la gestiona, indica que los niveles de agua están peligrosamente bajos. Hasta el primero de febrero, el embalse estaba en 258 metros sobre el nivel del mar, 14 por debajo del ideal: si baja de los 240 metros, las turbinas simplemente dejarán de funcionar. El informe dice que si no se adoptan medidas urgentes, Venezuela podría ser testigo del colapso de su red eléctrica de aquí a junio.

Hace una semana, el presidente Hugo Chávez declaró la emergencia eléctrica por lo que calificó la peor sequía en 100 años. "Hemos realizado diversos estudios y estamos preparados para declarar una emergencia, ya que la presa de El Guri pierde 13 centímetros al día", explicó.

Más allá del bombardeo de nubes, el Gobierno también ha impuesto racionamiento de agua y electricidad, dos medidas impopulares en un año en que las autoridades afrontan elecciones para renovar la Asamblea Nacional, en septiembre próximo. En Caracas, el mes pasado se tuvo que suspender el racionamiento después del enorme caos del primer día: los atascos eran kilométricos porque no funcionaban los semáforos y las escuelas no pudieron abrir sus puertas. El presidente Chávez cesó de inmediato al jefe del recién creado Ministerio de Energía Eléctrica y designó en su lugar al actual ministro de Finanzas.

La crisis eléctrica ha abierto un debate sobre las causas del problema. El Gobierno dice que la culpa es del clima. "¿Ha habido retrasos en algunos proyectos? Sí, es verdad. ¿Ha habido un manejo ineficiente en algunas áreas? Sí, es correcto. Pero la única causa del racionamiento de electricidad es la sequía", afirmó Chávez recientemente. Sus detractores señalan que la principal causa es la falta de inversiones durante el auge petrolero, cuando el consumo aumentó un 29 por ciento en sólo siete años.

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