Verdades y mentiras de los 'estrés test' de la banca

  • No es oro todo lo que reluce y el optimismo generado en torno a los test de estrés de la banca europea puede brillar más de la pureza que realmente tiene. Si no, ¿por qué se oponen tanto las entidades a la nueva regulación financiera y siguen pidiendo tanto dinero al BCE?
Ruth Ugalde

Como un péndulo, la percepción de los inversores y los creadores de opinión -alias los medios- sobre la banca española ha pasado del infierno al cielo en cuestión de semanas. Y todo, porque se ha filtrado que Santander y BBVA tendrán las mejores notas de esta examen, y las 18 entidades españolas que se someterán a la prueban -de un total de 91- van a dejar a más de un hedge fund con la boca abierta y el bolsillo vacío.

Pero el optimismo va más allá. Firmas otrora enemigas del Viejo Continente, como Goldman Sachs, han empezado a mostrar una mayor confianza en el sistema financiero europeo, convencidas de que los famosos estrés test va a traer transparencia y claridad sobre estos valores.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y todavía existen muchos interrogantes en torno a la solvencia de los bancos europeos. El primero, y quizás el más claro, viene de la férrea oposición que están mostrando las entidades a los cambios regulatorios.

"¿Cómo pueden los bancos afirmar que son demasiado fuertes como para estar preocupados por las pruebas de estrés, pero son demasiado débiles para poner en práctica las reformas normativas dolorosa y muy necesaria?", señala Tamara Burnell, Directora de Instituciones financieras, del equipo de Análisis de Crédito de M&G Investments

De hecho, sigue habiendo muchos elementos que recomiendan ser cautos respecto a estos valores. Goldman Sachs apunta, por ejemplo, que durante los próximos dos años el crecimiento de este negocio será pequeño debido a los riesgo que persisten en el sistema, a la incertidumbre por las reformas regulatorias y a los temores que sigue habiendo en torno a la deuda soberana griega.

El país heleno, cuyo ministro de Finanzas se ha mostrado confiado en que todas las entidades del país superen los test de estrés, tiene uno de sus talones de Aquiles en el exceso de financiación que están recibiendo sus entidades del Banco Central Europeo, toda una muestra de que les cuesta captar capital por otras vías y, por tanto, de que el mercado sigue desconfiando de ellos.

Según Citi, la financiación del BCE supone el 17,7% del total de activos de la banca helena, el 6,6% de la portuguesa, el 5,5% de la irlandesa y el 4% de la española. En este último caso, además, el principal temor viene del disparado incremento de las obligaciones con el BCE registrado en junio, cuando se han disparado un 48%, hasta alcanzar los 126.300 millones de euros. Todo un récord de dinero prestado que deberán devolver.

Suma y sigue, porque tampoco está clara la reestructuración de las cajas ahorros, un proceso en marcha, cuyas fusiones han transmitido un poco de confianza al mercado -entre otros motivos porque se ha visto movimiento-, pero cuya evolución todavía genera muchos interrogantes. Algo parecido ocurre con los bancos regionales alemanes, sobre quienes existe el temor de un elevado endeudamiento.

Barclays prevé que estos dos grupos de entidades, junto con los bancos griegos, no superarán las pruebas de estrés y deberán recibir nuevas inyecciones de dinero público que el banco británico cifra en 36.000 millones para las cajas; 34.000 millones para las entiades regionales germanas; y 8.600 millones para los bancos helenos.

¿Significa esto que los test de estrés son una gran mentira? No. Pero tampoco puede creerse que van a arreglar por sí solos la realidad del sistema financiero.

Como señala un informe de Nomura, "apesar de que parte del sistema bancario español tiene problemas para obtener liquidez, los datos del BCE sugieren que la percepción es peor que las dificultades reales a las que se enfrentan las entidades".

Es decir, que ni tanto ni tan calvo. Ni antes el sistema financiero español estaba al borde de la quiebra, ni ahora el examen de Bruselas va a reabrir el mercado del crédito a borbotones.

Lo que sí se va a conseguir con estas pruebas es una mayor transparencia, factor que los mercados siempre valoran positivamente, y una mayor claridad que permitirá diferenciar entre las entidades sanas y las renqueates.

Además, en el caso concreto de España, "la publicación de los test de estrés puede ser positiva para la percepción que el mercado tiene sobre el riesgo de España y las fortalezas relativas de grandes bancos españoles, como Santander y BBVA", señala Nomura.

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