Caixabank intenta sofocar la presión de los clientes ante una ruptura de Cataluña

  • La entidad dice que adoptará las medidas que “hayan de tomarse” para proteger sus intereses, abriendo la puerta a opciones como mudar la razón social 
Caixabank
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EFE

La inquietud a pie de calle y el aumento de clientes que están acudiendo a su sucursal a interesarse sobre la protección de sus ahorros ha empujado a Caixabank a efectuar un llamamiento a la calma. En una circular interna, la entidad declara la firme decisión de tomar las medidas que sean precisas para proteger las posiciones de clientes, inversores y plantilla en caso de concretarse la ruptura de Cataluña

En la misiva dirigida a sus empleados fija como objetivo único del grupo “proteger los intereses de sus clientes, accionistas y empleados, garantizando la integridad de los depósitos”. Y alienta a los trabajadores a “comunicar proactivamente” a los clientes que el compromiso “con la defensa de sus intereses”, que siempre ha tenido, ”guiará las decisiones futuras que, en caso de ser necesario, hayan de tomarse”.

Sin entrar a detallar plan alguno de contingencia deja, en la práctica, abiertas todas las posibilidades. La banca, en general, se aferra a que la situación se mantendrá dentro del marco de la ley, dando nulas probabilidades a que cristalice la independencia de Cataluña. El mensaje del Rey o las reiteradas declaraciones del Gobierno allanan la toma de decisiones drásticas si hubiese que reconducir una declaración de independencia unilateral, pero la inquietud de clientes es una realidad y hasta la misma bolsa castiga sobremanera a CaixaBank y Sabadell en bolsa.

Apuesta por el marco de la UE del Sabadell

En una línea parecida a Caixabank, se ha pronunciado el Sabadell pero por boca de su presidente, Josep Oliú asegurando que la entidad cuenta con los instrumentos adecuados en el marco de la UE y del sistema de supervisión bancario europeo para proteger los intereses de sus clientes. "Si fuera necesario, se tomarían las medidas suficientes", ha señalado el banquero según Efe.

La llamada a la tranquilidad en CaixaBank es significativa en sí mismo por lo que supone de inflexión frente al sigilo con que habían encarado el pulso soberanista, evitando declaraciones públicas -Sabadell, en cambio, no las rehuía- en un ambiente de crispación donde cualquier mensaje es susceptible de tener repercusión por el ánimo de los clientes.

Un silencio que, sin embargo, ha molestado al Gobierno donde personas cercanas al presidente Mariano Rajoy han presionado desde que se inició el pulso independentista a Isidro Fainé para que lanzase mensajes en favor de la legalidad, al ser el empresario más representativo de Cataluña por su posición en el grupo La Caixa. El pronunciamiento que efectuó el conjunto de la banca a través de sus patronales AEB y CECA en 2015 encontró precisamente en Fainé el principal promotor en atención a esa presión del Ejecutivo, según fuentes financieras.

La expectativa de que el Govern de pasos pronto hacia la declaración de independencia después del referéndum ha agitado la inquietud de ahorradores, a los que busca con la circular llamar a la calma garantizándole sus posiciones.

Mover la sede para proteger los depósitos

La misiva no desvela plan de contingencia alguno, pero la opción de mover la razón social parece la más fácil o efectiva en caso de que tuviesen que actuar de forma rauda. Y es que salir expulsado del euro dejaría a ambas entidades fuera del Fondo de Garantía de la Banca, algo que podrían remediar en horas solo con mover la razón social fuera de Cataluña. Salir de ese paraguas significaría perder la protección que el vehículo proporciona -100.000 euros por cliente- a todos sus depósitos y no solo los captados en la región, algo a lo que difícilmente se expondrá un banco.

El simple riesgo de que el pavor provoque salidas de depósitos masivas ha puesto en alerta al mismo Banco Central Europeo en la situación de excepcionalidad actual y, a través del Banco de España, lleva un seguimiento reforzado a la vigilancia tradicional con consultas frecuentes a las entidades.

La independencia acarrea también la desconexión del esquema supervisor europeo. Ningún banco, catalán o no, podría utilizar los activos captados en Cataluña como aval para solicitar fondos en la ventana de liquidez del BCE.

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