El PSOE pierde el miedo a unas nuevas elecciones si la investidura falla

    • La postura ante un acuerdo PSOE-Ciudadanos compromete a PP y Podemos de cara a unos nuevos comicios.
    • Creen que las elecciones reforzarían a los de Rivera, pero se confía también en un trasvase de voto desde Podemos.

Spanish Socialist Party (PSOE) leader Pedro Sanche
Spanish Socialist Party (PSOE) leader Pedro Sanche

"No está tan claro que no convengan". Así resume un dirigente socialista la posibilidad de que los planes de investidura de Sánchez fallen y se celebren nuevas elecciones. El temor a una nueva convocatoria electoral empieza a diluirse en Ferraz.

Entre los socialistas, incluso también entre sus bases, se ha instalado en las últimas semanas un relativo optimismo, aún pese a la falta de acuerdos cerrados. La negociación con Ciudadanos avanza a buen ritmo, y ya ha entrado en el plano de los detalles, aunque el partido de Rivera haya aclarado que su apoyo se limita, a día de hoy, a la abstención, algo insuficiente para Sánchez.

El líder socialista trata de apurar los acuerdos con el partido naranja, más allá de por una cuestión aritmética, por otra estratégica: presionar a PP y Podemos para que queden retratados en la votación en el Congreso. Sostienen que, si Iglesias sigue en la línea de no apoyar un gobierno socialista, quedará alineado con Rajoy "en contra del progreso".

De igual modo, creen que si los populares siguen en su rotundo rechazo a cualquier gobierno, serán los principales responsables de que la incertidumbre se mantenga y, con ella, el posible lastre de los mercados y de la imagen en Europa, dos de los argumentos en los que Rajoy basa precisamente su propuesta de gobierno con PSOE y Ciudadanos.

La primera opción para los socialistas, claro está, es conseguir gobernar. Pero si el contador de los dos meses, hasta junio, se agota sin acuerdos, las elecciones serán inevitables. Entonces, creen que la actitud de PP y Podemos también pasará factura en las urnas. Ganar votos de Podemos

Entre los socialistas, más que el fondo, molestan las formas del partido emergente. La actitud de su líder, erigiéndose en vicepresidente del Gobierno o convocando a Sánchez a un encuentro ha incendiado el partido y provocado el rechazo de los barones autonómicos.

Al mismo tiempo, creen que esa "arrogancia" no ha sentado bien entre las bases de Podemos, y que parte del voto "tránsfugo" que el 20-D se fue al partido morado se recuperaría en unos nuevos comicios, en los que Ciudadanos también saldría reforzado.

"Me parece arriesgado que exista una convocatoria, pero sobre todo porque eso supondría colocar a Ciudadanos en una situación de más poder. Pero, en definitiva, creo que ellos deberían ser la derecha de este país", comenta un militante socialista.

Ese optimismo, en cambio, no se ve aún refrendado por las últimas encuestas, en las que Podemos ganaría peso por encima del PSOE. Según éstas, los populares volverían a ganar las generales, aunque perdiendo puntos, mientras que los de Rivera aumentarían apoyos.

No obstante, los sondeos se analizan con cautela, a la vista de que, cada día, nuevos acontecimientos pueden variar el rumbo. El CIS, por ejemplo, se publicó a principios de febrero, cuando Sánchez aún no encabezaba el único intento hasta la fecha de constituir un Gobierno, ni Podemos había revelado sus condiciones para las negociaciones.Sánchez se refuerza

Es una evidencia que, en las últimas semanas, Sánchez ha salido fortalecido, no solo en el escenario político. También dentro de su propio partido. "Está jugando sus cartas con habilidad", opina otro militante, contrario en su día al secretario general.

Al mismo tiempo, se han ido acallando las voces críticas dentro del PSOE, sobre todo las de los barones que, capitaneados por Susana Díaz, arremetieron contra Sánchez tras las generales.

Todos evitan ya los pronunciamientos broncos contra el líder socialista. Incluso Díaz ha cerrado filas: "Lo mejor que le puede pasar a España es que Sánchez sea presidente", dijo esta misma semana, tras varios días de silencio.

La presidenta andaluza medita seriamente la conveniencia de su salto a Madrid, en el congreso de mayo. Cree que, a día de hoy, la militancia le daría la espalda, y también sus principales consejeros, como Felipe González, se lo desaconsejan. Mientras, Sánchez se va perfilando como el único candidato a las primarias, lo que para él significaría reforzar su liderazgo, cuestionado desde que, en junio de 2014, fue elegido secretario general.

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