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Las renovables, claves para poner freno al cambio climático

  • Conseguir un planeta con nulas emisiones netas de CO2 es uno de los grandes desafíos. Para lograrlo, el foco se sitúa en las fuentes renovables
Iberdrola
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Además de su grave impacto sobre el medio ambiente y las personas, el cambio climático es una de las mayores amenazas para la estabilidad económica. Las olas de calor reducen la capacidad de trabajo y la productividad. Los fenómenos climatológicos adversos arrasan a países y abocan a millones de personas a la pobreza. Y las sequías reducen las cosechas, dificultando la capacidad de alimentación de una población mundial que, según las perspectivas de la ONU, alcanzarán los 10.000 millones de personas en 2050. El Banco Mundial también advierte: si no adoptamos medidas de carácter urgente los impactos del cambio climático podrían empujar a la pobreza a 100 millones de personas más en 2030.

La solución a la emergencia climatológica nos obliga a tomar conciencia del problema a todos -gobiernos, empresas y ciudadanos- y actuar ya. La buena noticia es hemos entendido que hay sumar, a través de alianzas y colaboraciones, que nos permitan llegar más lejos. Y que contamos con las tecnologías que nos permitirán la descarbonización de la economía, en base al despliegue masivo de generación renovable -donde la eólica y la fotovoltaica son ya las tecnologías más competitivas-; y la electrificación de los usos finales: climatización en la edificación, vehículo eléctrico, en el caso del transporte y la movilidad y la generación de calor, para la industria.

A pesar de las iniciales reticencias, la comunidad científica, las empresas, muchos países y la sociedad en general ha llegado a un acuerdo: las medidas destinadas a combatir el calentamiento global son una oportunidad para garantizar el desarrollo sostenible e impulsar el crecimiento económico. La Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima en 2018 explicó que la adopción de medidas climáticas ambiciosas podría generar unos beneficios económicos de 26 billones de dólares hasta 2030 y 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono.

3.000 MW nuevos a 2022 y hasta 10.000 MW para 2030

Uno de los proyectos renovables más ambiciosos en nuestro país para avanzar en la des carbonización de la economía lo abandera Iberdrola. La compañía detectó hace casi dos décadas la necesidad de aportar soluciones sostenibles al ritmo en el que se produce y consume electricidad. Desde entonces, lleva conduciendo la transición energética con una inversión acumulada cercana a los 100.000 millones de euros. En España, es el primer promotor eólico y líder en energía renovables, con más de 16.000 MW instalados; un volumen que en el mundo se eleva a más de 30.300 MW y convierte a su parque de generación en uno de los más limpios del sector energético. En su avance hacia un futuro sostenible, el grupo ha asumido sus propios compromisos de descarbonización y se ha marcado como objetivo tener una intensidad de emisiones prácticamente nula en Europa para 2030 y ser neutra en carbono en 2050 a nivel global. Actualmente, sus emisiones son una cuarta parte de la media del sector eléctrico europeo.

En España, su apuesta se concreta en plan inversor en energías renovables que le llevará a instalar 3.000 MW nuevos -tanto eólicos como fotovoltaicos- a 2022. Hasta 2030, las previsiones de la compañía apuntan a la instalación de 10.000 nuevos MW. Estas actuaciones permitirán la creación de empleo para 20.000 personas. El desarrollo de estos proyectos -y otros relacionados con las redes inteligentes y almacenamiento a gran escala- requerirá de una inversión de 8.000 millones de euros. En el mundo, Iberdrola invertirá 10.000 millones de euros cada año para seguir avanzando hacia un mundo totalmente descarbonizado.

Más de 4.000 MW en construcción y tramitación

Durante 2019, la compañía ha pisado el acelerador y, en la actualidad, construye y tiene en tramitación más de 4.000 MW, eólicos y fotovoltaicos, en regiones como Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarra, Aragón, Murcia, Cantabria y Andalucía.

Muchos de sus proyectos renovables están batiendo records, por su dimensión, su capacidad para reducir toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera y por su impacto en dinamizador del tejido industrial y el empleo en las regiones donde se desarrollan.

La inversión prevista en Extremadura ha convertido, por ejemplo, a esta región en el centro de la estrategia renovable de la compañía en España. En Núñez de Balboa, las compras realizadas a la treintena de proveedores que colaboran en su ejecución se han elevado a 227 millones de euros.

La planta fotovoltaica ha registrado puntas de empleo de hasta 1.200 trabajadores; un 70% de ellos extremeños y, muchos de ellos, provienen de los municipios que acogen el proyecto: Usagre e Hinojosa del Valle, en Badajoz. Otro ejemplo, el complejo Cavar en Navarra: sus 111 MW de potencia instalada lo convierten en uno de los mayores desarrollados por la energética en España y de desarrollo se realizará a través de financiación verde, con un préstamo con el BEI.

En Andalucía, Iberdrola ha decidido duplicar su apuesta por las energías limpias, con la tramitación de más de 1.100 MW renovables nuevos. La compañía, que acaba de iniciar la construcción de su primera planta fotovoltaica en la región, tramita proyectos fotovoltaicos y un parque eólico -todos ellos con acceso a la red- en cinco provincias de la comunidad autónoma. La producción de energía verde de estos nuevos proyectos abastecerá a una población equivalente a 600.000 hogares; similar por ejemplo a la de la ciudad de Málaga.

En Castilla-La Mancha, Iberdrola continuará avanzando en su estrategia renovable, con la tramitación de cuatro nuevos proyectos fotovoltaicos, con una capacidad instalada de 250 megavatios (MW). Y en Castilla y León ha iniciado la tramitación de sus dos primeros proyectos fotovoltaicos en la región, que desarrollará en Ciudad Rodrigo (300 MW) y Villarino (50 MW), en la provincia de Salamanca.

Junto a estas iniciativas, Iberdrola ha conseguido el acceso a la red para la instalación de 500 MW más de potencia renovable, que se concretarán en un gran parque eólico, de 300 MW, y una instalación fotovoltaica de 200 MW.

Las nuevas plantas solares reforzarán el liderazgo renovable de la compañía en el país y también en Castilla y León, donde ya gestiona más de 5.100 MW -hidráulicos y eólicos-, convirtiéndose en la región con más megavatios ‘verdes’ instalados por la compañía.

Consumo sostenible y financiación verde

En España, la compañía ha promovido esta modalidad, con carácter pionero, entre grandes clientes del sector de banca, telecomunicaciones, distribución, alimentación y marcas deportivas, con el fin de promover un suministro de energía a precios asequibles y estables entre empresas comprometidas con un consumo sostenible. Así, por ejemplo, el PPA firmado con HEINEKEN, asociado a la planta fotovoltaica que la compañía construye en Andévalo (Huelva), convertirá a la cervecera en la primera que elabora sus productos solo con energías renovables. Otro más: parte de la producción del complejo eólico Cavar abastecerá de energía limpia las instalaciones de Nike en Europa.

Junto al establecimiento de objetivos de emisiones y la implementación de una estrategia industrial y fiscal ambiental, los instrumentos de financiación verde permitirán también avanzar en la descarbonización de nuestra economía y la mitigación de calentamiento global. En 2014, se convirtió en la primera empresa española en cerrar una colocación verde y, desde entonces, ha emitido bonos verdes por valor de 9.500 millones de euros. En España, solo en 2019, Iberdrola ha cerrado un acuerdo de financiación verde junto al BEI y el ICO para el proyecto Núñez de Balboa y un préstamo verde con el BEI para el desarrollo del complejo eólico Cavar.

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