Absuelven a tres militares mexicanos acusados de masacre de 22 civiles

Los tres últimos militares mexicanos que seguían enjuiciados por el polémico caso de Tlatlaya (centro), en el que 22 civiles murieron en 2014 en un confuso enfrentamiento con soldados, fueron absueltos por un juez civil que ordenó su liberación, informó la fiscalía general.

El juez "desestimó los elementos de prueba aportados por el Ministerio Público de la Federación para demostrar la culpabilidad" de los tres militares y los absolvió de los delitos de homicidio, encubrimiento en la modalidad de alteración y modificación ilícita de vestigio del hecho delictivo, dijo la fiscalía en un comunicado la noche del viernes.

Aunque la dependencia aseguró que había aportado "los elementos de prueba suficientes para procesar a los tres elementos militares", dijo que acataba la decisión del juez.

Estos tres militares -Fernando Quintero Millán, Roberto Acevedo López y Leobardo Hernández Leónides- ya habían sido absueltos en marzo junto a otros cuatro compañeros, uno de ellos el comandante del grupo, por un tribunal militar y eran los únicos que enfrentaban cargos ante un tribunal civil y estaban en prisión por el caso.

El tribunal militar impuso un año de prisión al comandante del grupo por haber desobedecido órdenes superiores que exigían que en operativos nocturnos actuara con los 30 hombres que esa madrugada estaban a su cargo, pero el teniente ya alcanzó la libertad por haber seguido su proceso en prisión durante un año.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 30 de junio de 2014 en Tlatlaya, una comunidad rural del Estado de México (centro), limítrofe con los convulsos estados de Guerrero y Michoacán.

El Ejército aseguró que los 22 muertos eran delincuentes que fallecieron en un enfrentamiento que sólo dejó un uniformado herido.

Este saldo tan asimétrico despertó dudas y, meses después, una superviviente aseguró que muchos de esos presuntos delincuentes, incluyendo su hija de 15 años, fueron ejecutados a sangre fría por los soldados a pesar de haberse rendido, lo que generó un gran escándalo en México y varias ONG internacionales.

En 2014, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) concluyó que entre 12 y 15 personas fueron ejecutadas extrajudicialmente por militares en Tlatlaya.

El despliegue militar en México contra la delincuencia organizada, que se inició en 2006, ha desatado críticas dentro y fuera del país por los numerosos casos de abuso por parte de los uniformados.

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