El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, reiteró su voluntad de que el país se convierta en una república, pero sólo después del final del reinado de Isabel II.
Turnbull, un ferviente defensor de la república, lideró esta causa en un referéndum en 1999, en la que los ciudadanos prefirieron quedarse en la órbita de la corona británica.
Pero en un discurso en un acto organizado por el Movimiento Republicano Australiano (ARM), el primer ministro volvió a exponer su postura.
"La causa del ARM es una causa australiana", afirmó. "No subestimamos ni le faltamos el respeto a quienes tienen otro punto de vista, pero no tenemos otra motivación que el amor por este país", agregó.
En Australia el poder la corona británica es visto como algo más bien simbólico y aunque la reina Isabel II es muy popular, la institución es vista como una reliquia anacrónica del periodo colonial.
Turnbull aclaró que no pretende convocar a otro referéndum durante el reinado de Isabel II.
El apoyo para la instauración de la república ha fluctuado en los últimos años, según una encuesta publicada por Fairfax-Nielsen en 2014 un 51% de los 1.400 encuestados prefería el estatuto actual, frente a un 42 que prefiere una república.
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