El Banco de España aprueba la reforma laboral de Rajoy y pide bajar los salarios

  • Cree que la inflación y la escasa productividad facilitan la bajada de los salarios, aunque también pide potenciar los contratos indefinidos y hacer más fácil el despido.

    Insta a gastar de forma más eficiente y apunta la necesidad de revisar la cesta de impuestos, dando más protagonismo a la imposición indirecta.

Banco de España advierte de que la dificultad para bajar salarios puede dañar la competitividad
Banco de España advierte de que la dificultad para bajar salarios puede dañar la competitividad
EUROPA PRESS

El Banco de España ha lanzado un jarro de agua fría al entusiasmo de los partidos, que han centrado buena parte de su campaña al debate sobre la oportunidad de bajar o no los impuestos y de aumentar o no el gasto.

El organismo supervisor presentó ayer su informe anual en el que advierte que España tiene todavía pendiente un duro ajuste fiscal y cumplir con su compromiso con Bruselas que pasa por reducir el déficit público del 5,1% al 3,6% este año y al 2,9%.

Insta a seguir avanzando en la racionalización y gastar, sino menos, de forma más eficiente y apunta la necesidad de revisar la cesta de impuestos -dando más protagonismo a la imposición indirecta-, para obtener de forma estable ingresos.

Bruselas ha recomendado a España que limite el número de productos y servicios que aplican tipos reducidos y superreducidos en el IVA.Menos salarios y abaratamiento del coste de despido

El Banco de España advierte de que las dificultades para bajar los salarios podrían perjudicar la consolidación de las ganancias de competitividad obtenidas en los últimos años, y aboga por potenciar la contratación indefinida evitando su "excesiva" protección para no desincentivar la creación de empleos estables.

El Banco de España también apunta que la pauta de contención salarial se mantuvo en 2015, si bien, en un entorno de inflación negativa, los salarios reales aumentaron un 0,5% en el sector privado, en parte por el abaratamiento del petróleo.

En un contexto de baja inflación generalizada en el área del euro y crecimientos modestos de la productividad, como el que se proyecta para la economía española en los próximos trimestres, advierte de que "un exceso de rigidez a la baja de los salarios nominales podría dificultar la consolidación de las ganancias de competitividad obtenidas en los últimos años".

"Si bien la relación entre los incrementos salariales negociados y la situación cíclica de los distintos sectores productivos ha aumentado en los últimos años, esta sigue siendo reducida", añade.

La institución dirigida por Luis María Linde también se refiere en su informe al efecto de las reformas laborales aprobadas en los últimos años, sobre las que dice que introdujeron modificaciones "sustanciales" en el diseño institucional del mercado de trabajo.

Estas reformas, especialmente la de 2012, habrían facilitado la moderación salarial, al favorecer una mayor adecuación de las condiciones laborales a un entorno caracterizado por la debilidad de la demanda y el elevado desempleo, que para el organismo ha resultado "crucial" para la recuperación de la competitividad de la economía española y del empleo.

Así lo recoge en su Informe Anual 2015, en el que señala que el mercado de trabajo español se enfrenta al reto de reducir el "elevado" desempleo para evitar que una parte "considerable" de él se convierta en estructural, y para favorecer un comportamiento más dinámico de la productividad.

El organismo supervisor valora la bajada de la tasa del paro, pero subraya que sigue "muy por encima" de la observada en otros países, uno de los elementos que explican el incremento de la desigualdad de la renta en España, y sostiene que esta reducción no se ha trasladado con una intensidad suficiente a los colectivos que llevan más tiempo desempleados.

En esta línea, apunta que tampoco se observa un aumento "significativo" de las conversiones de contratos temporales en indefinidos, que "habían mostrado una tendencia claramente descendente desde el inicio de la crisis y que, en el período más reciente, se mantienen en niveles reducidos".

Por el contrario, el Banco de España detecta un mejor comportamiento de los flujos de destrucción de empleo indefinido, que se habrían moderado en 2015 hasta alcanzar niveles similares a los observados antes de la crisis, si bien la destrucción de empleo temporal "todavía mantiene cotas elevadas".

Asimismo, indica que los desempleados más jóvenes y los de más edad, aquellos con menor nivel de formación y, sobre todo, aquellos que acumulan más tiempo en el desempleo, muestran una probabilidad "significativamente más reducida" de encontrar un empleo, con un "deterioro acusado" de las oportunidades de empleo de los parados de larga duración.Contratación indefinida, flexibilidad y políticas activas

El organismo supervisor considera que la reducción del desempleo exige actuaciones adicionales que permitan a las empresas optar por una "adecuación" de las condiciones laborales a su situación específica y refuercen su flexibilidad interna, en línea con las instituciones del mercado de trabajo existentes en otros países europeos.

De igual forma, aboga por potenciar el atractivo de la contratación indefinida "evitando que una excesiva protección de este tipo de empleo acabe desincentivando la creación de puestos de trabajo estable".

También señala que las políticas activas deberían contribuir a aumentar la empleabilidad de los desempleados de larga duración que presentan niveles de cualificación bajos, por lo que ve "crucial" mejorar la vinculación entre políticas activas y pasivas.

En concreto, apuesta por modernizar los servicios públicos de empleo e incrementar los recursos disponibles en las políticas activas por desempleado, siendo "deseable" relanzar las actividades de formación y orientación, que "en comparación con otros países europeos, son relativamente escasas en España", frente a un peso "elevado" de los incentivos a la contratación, cuya efectividad suele ser "limitada".Política fiscal

En el terreno fiscal, el Banco de España destaca que el elevado déficit público del año pasado —del 5,1 % del PIB— interrumpió el tono restrictivo que había mantenido la política presupuestaria en los últimos años, desviándose del objetivo y generando un incremento del componente estructural del déficit, hasta alcanzar cerca del 3% del PIB.

Además, apunta que la ratio de deuda pública sobre el PIB se sitúa cerca del 100 % del PIB, más de 60 puntos del PIB por encima de la observada antes de la crisis.

"No deben minimizarse los riesgos que para el conjunto de la economía tiene un nivel de deuda y déficit públicos tan elevados, incluso en un entorno de tipos de interés muy bajos. Por ello, resulta prioritario retomar la senda de corrección del desequilibrio fiscal, para lo cual es necesaria la definición de un programa detallado de consolidación en el medio plazo, que incluya una combinación más eficiente de los ingresos y gastos públicos, y la aplicación estricta de los mecanismos preventivos y coercitivos de la Ley de Estabilidad Presupuestaria", señala el Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, en la presentación del informe.

Además, apunta que debe acompañarse de una estrategia que permita afrontar los retos que plantea para las finanzas públicas (en particular, para el sistema de pensiones)el envejecimiento de la población.Endeudamiento de las familias y empresas

Señala como tercer reto a superar el endeudamiento de empresas y familias. Asegura que a pesar de la reducción de la deuda privada en casi 50 puntos del PIB desde 2010, el ratio todavía se sitúa por encima del nivel promedio de la zona del euro y la situación patrimonial para algunos segmentos de la población, tanto de hogares como de empresas, sigue siendo vulnerable.

Destaca que en términos agregados, el crédito bancario continuó moderándose en 2015, aunque a un ritmo menor que en años anteriores. "Esta dinámica a escala agregada es compatible con un entorno donde siguen aumentando los flujos nuevos de financiación, que, en el ámbito empresarial, se dirigen de manera mayoritaria hacia sectores y compañías con una más elevada capacidad de crecimiento", señala.

A la recuperación de la financiación a hogares y sociedades habría contribuido la mejora en la solvencia y liquidez de las entidades de crédito, si bien el entorno de bajos tipos de interés, la reducción del saldo vivo del crédito y la existencia de un volumen de activos dudosos y adjudicados todavía relevante siguen presionando a la baja la rentabilidad de las entidades bancarias.Endeudamiento con el exterior

Por otra parte, destaca que el endeudamiento con el exterior, aunque ha comenzado a reducirse, sigue siendo muy alto y representa un elemento importante de vulnerabilidad; en particular, por las necesidades recurrentes de financiación frente al exterior que plantea. Su corrección -advierte- exige consolidar la capacidad de generar superávits por cuenta corriente de forma sostenida, para lo cual resulta también crucial afianzar las ganancias de competitividad alcanzadas durante los últimos años.

Por último destaca que uno de los retos más importantes que tiene nuestra economía a largo plazo es la mejora de la productividad y solo un incremento en el nivel de eficiencia en la utilización de los recursos productivos disponibles nos permitirá mejorar el crecimiento potencial, en particular en un escenario de envejecimiento de la población como el que se dibuja para las próximas décadas.

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