Las primeras investigaciones se llevaron a cabo después de que los agentes tuvieran conocimiento que desde hacía unos meses la empresa que gestiona el mantenimiento de las estaciones de la Generalitat sufrió una serie de sustracciones de baterías.
Uno de los hechos que añadían complejidad es que este tipo de robos no se podían detectar inmediatamente ya que las baterías se hacían servir en caso que el sistema se quedase sin electricidad, por lo que los agentes determinaron que los autores tenían un alto grado de especialización.
Los autores forzaban los accesos y desconectaban las baterías que, posteriormente y en connivencia con algunas plantas de tratamiento, vendían a peso y ganaban más de 20.000 euros mensuales.
Los daños causados en las estaciones oscilaban entre los 2.000 y 5.000 euros en cada una de las estaciones, además de una afectación considerable a los usuarios de las diferentes redes que se gestionan desde las estaciones.
Los investigadores han relacionado a los cinco detenidos, de entre 33 y 55 años, con nuevo robos en Catalunya y otros nueve en Aragón, y en el momento de los arrestos el 6 de julio, en colaboración con la Guardia Civil, realizaron cuatro registros, uno de ellos en una planta.
El juez ha decretado el ingreso en prisión para tres de los arrestados y libertad con cargos para los otros dos.
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