Condenado a un año de cárcel y a pagar 9.200 euros por morder un dedo a otro en una pelea en Mucientes

EUROPA PRESS

La sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press en fuentes jurídicas, condena al joven a un año de prisión y al pago de una indemnización de 9.293 euros por las lesiones y secuelas sufridas por la víctima, así como 101,41 euros a Sacyl por los gastos de asistencia prestados. Las acusaciones pública y particular reclamaban, respectivamente, uno y cuatro años de prisión e indemnizaciones de 2.000 y 10.373 euros.

El agresor explicó durante el juicio que la madrugada del 18 de mayo de 2014 participaba en una fiesta habilitada en una carpa situada junto a las piscinas municipales y que fue entonces cuando J.M.V.S. comenzó a comportarse de forma violenta, hasta el punto de coger una botella vacía en tono amenazante, para luego sacar todo su dinero sobre la barra y pretender pagar en metálico.

F.J.M.P. añadió que le invitó a que siguiera el trámite de sacar el tique y que entonces J.M.V.S. se puso todavía más violento, con lo que él optó por apartarse mientras que otras personas que había allí en este momento le sacaron de la carpa y empezaron a darle una paliza. El acusado ha indicado además que difícilmente pudo agredir a su oponente ya que por aquel entonces tenía un brazo en cabestrillo.

Frente a su versión, corroborada por otros testigos aportados por su defensa, la víctima, en declaraciones recogidas por Europa Press, aseguró que el acusado, sin motivo alguno, le increpó sin conocerle de nada y que durante el forcejeo iniciado entre ambos F.J.M.P. le pegó un mordisco en el pulgar de la mano derecha mientras él le tenía sujeto por el cuello.

Tras percatarse de la profundidad de la lesión, pues le faltaba la yema del dedo, el joven se quitó la camiseta, se lo anudó en la mano debido a la gran hemorragia que presentaba y, ayudado por dos conocidos, fue trasladado hasta el Hospital Clínico Universitario.

Precisamente, dos conocidos del agredido coincidieron al señalar que el acusado llegó a enzarzarse con el primero, si bien tan sólo uno de ellos ha confirmado que el ocupante del banquillo fue el autor del mordisco pues el otro no llegó a percatarse de dicha acción.

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