DESARTICULADA UNA RED DE NARCOTRÁFICO QUE EMPLEABA HELICÓPTEROS PARA INTRODUCIR HACHÍS EN ESPAÑA

La Guardia Civil ha detenido a 20 personas de cuatro nacionalidades, entre ellas española, en el marco de una operación contra una red de narcotráfico que utilizaba helicópteros para introducir en España hachís procedente de Marruecos.
En la operación, denominada ‘Griva’, se han realizado un total de 14 registros: cuatro en la Comunidad de Madrid, tres en San Sebastián (Guipúzcoa), dos en Estepona (Málaga), dos en Algeciras (Cádiz) y tres en Los Palacios-Villafranca (Sevilla).
En estos registros se han intervenido dos helicópteros; 15 vehículos, entre ellos un camión tráiler; 1.500 kilos de hachís, una plantación de marihuana de 1.000 plantas, que abarcaba desde el sembrado de semillas hasta el secado y envasado de la marihuana para el consumo; 220.000 euros en metálico; máquinas de contado de dinero y material informático y de navegación aérea.
PARTIDA DE HACHÍS
La operación se puso en marcha cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de que los integrantes de la banda, de cuatro nacionalidades (española, marroquí, rumana y ecuatoriana), tenían planificado introducir en España una importante partida de hachís en un helicóptero procedente de Marruecos.
La zona para la descarga del material estaba cerca de Estepona, lugar en el que los agentes establecieron un dispositivo de vigilancia.
Estepona era la localidad desde donde se controlaban todos los escalones de la organización, como los proveedores de la droga, distribuidores, transporte y ocultación, sin que los miembros de los distintos escalones conocieran a los integrantes de esa misma organización con funciones distintas.
En ese lugar los agentes detuvieron a una persona que se disponía a transportar 750 kilos de hachís en una furgoneta. Ese mismo día, la Guardia Civil detuvo también al conductor del helicóptero que había efectuado la descarga y a otros miembros de la organización que tras aterrizar se disponían a ocultarla dentro de una nave.
ESTRUCTURA DE LA RED
La estructura de esta organización estaba dirigida por un marroquí, residente en Estepona, que había sido el encargado de gestionar la adquisición de los dos helicópteros y la contratación de un piloto experimentado, que residía en San Sebastián.
Con el fin de que los dos helicópteros de la organización no fueran detectados durante los periodos de inactividad, la organización desmontaba las aspas y los introducía en el interior de la caja del camión tráiler y en una nave industrial.
El piloto se encontraba cumpliendo condena en un centro penitenciario y tenía permisos de fin de semana que aprovechaba cuando era requerido para realizar los narco-vuelos.
La organización disponía también de una célula encarga del traslado del hachís desde el punto en que el helicóptero descargaba la droga hasta el lugar de almacenaje y custodia, así como de su posterior distribución por diferentes puntos de la geografía nacional y otros países de Europa. En esta tarea también colaboraba un grupo ubicado en Madrid y Algeciras.
La operación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Torrevieja (Alicante), ha sido llevada a cabo por los Equipos Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, con sede en Alicante y Málaga, y los Equipos contra la Delincuencia Organizada (EDOA) de las comandancias de la Guardia Civil de Madrid y Cádiz.
También se ha contado con el apoyo del Servicio Aéreo de la Guardia Civil, Grupo de Reserva y Seguridad con sede en Sevilla y unidades territoriales de las comandancias afectadas, así como con la colaboración de la Gendarmería Real marroquí.

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