Los propietarios de la vivienda denunciaron ante la Ertzaintza que echaban en falta dinero y no se habían producido daños o robos con fuerza en la vivienda, por lo que "sospecharon de alguien que tuviera acceso a la casa". De esta manera, se llegó a la conclusión de que una empleada, que también cuidaba de una persona de avanzada edad, podía estar relacionada con las sustracciones de dinero.
Este pasado lunes, agentes de la Ertzaintza acudieron al domicilio, donde la presunta autora finalmente reconoció los hechos. La implicada entregó una parte de la cantidad sustraída, mientras que el resto se sigue investigando. El importe de lo sustraído se estima en varios miles de euros.
Los ertzainas procedieron a la detención de esta persona, que pasó este martes a disposición judicial al finalizar las diligencias policiales.
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