La víctima, un joven que recorría el Camino de Santiago, entabló conversación con las dos chicas en el bar, se ausentó un momento y dejó sus pertenencias encima de una mesa. Al regresar, la dos jóvenes se habían marchado y había desaparecido su teléfono móvil.
Tras denunciar lo sucedido en Comisaría, el joven se dio una vuelta por los mismos bares por los que estuvo la noche anterior y encontró a las dos chicas.
Así, llamó al 091 y poco después se pudo recuperar el teléfono, que le fue devuelto a su propietario y que tenía un individuo que regenta un comercio en la misma zona, donde lo habían dejado las presuntas autoras del hurto.
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