La investigación se inició después de que el propietario de una empresa de Aranda denunciara en la Comisaría que había sido víctima de un hurto en su empresa y le habían sido sustraídas las cantidades de 6.000 y 8.500 euros, así como material de la empresa, y manifestar que sospechaba de un empleado de la misma.
La Policía Nacional centró sus investigaciones en esta persona y logró saber que este sujeto había utilizado bienes de la empresa para su uso particular y que había sustraído las cantidades denunciadas con anterioridad. Los agentes pudieron comprobar que tenía anotadas en su teléfono móvil los conceptos, productos y cuantías de los que iba cogiendo de la empresa.
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