La investigación, que sigue abierta, comenzó a finales de 2016 cuando la policía catalana descubrió que un grupo estaba adquiriendo empresas con el objetivo de estafar a bancos, ha informado el cuerpo este domingo en un comunicado.
El considerado cabecilla del grupo, extrabajador de la banca y con conocimientos del ramo, seleccionó hasta cinco empresas con relativa antigüedad para comprarlas y situar como a administrador a alguna persona con necesidades económicas a quien ofrecía un buen sueldo para que actuara de testaferro y las reclamaciones bancarias recayeran sobre él.
Luego se dirigía a diferentes bancos a los que intentaba ganarse su confianza presentándose como director financiero de la empresa y valiéndose de sus conocimientos de economía y banca.
Tras un periodo en el que la empresa realizaba operaciones aparentemente normales con dinero y tarjetas corporativas, emitían pagarés falsificados con los que pedían adelantos y líneas de crédito destinados a la presunta compra de maquinaria, un procedimiento con el que lograron más de 600.000 euros.
Una vez cobrado el dinero, el testaferro lo retiraba de las cuentas y lo entregaba al líder de la trama, que se presume fugado a un país latinoamericano, y entonces las entidades bancarias se daban cuenta de que los pagarés eran falsos.
Ante las evidencias, los Mossos detuvieron a tres hombres --dos de ellos hermanos-- de Castellbisbal y Cornellà de Llobregat (Barcelona) y nacionalidad española como presuntos miembros de un grupo criminal y como autores de los delitos de falsificación de documento mercantil y de estafa continuada.
Los arrestados, que actuaron entre octubre de 2015 y abril de 2016, pasaron a disposición judicial y el juez decretó su libertad con cargos.
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