La última propuesta de Unidos Podemos es clara: adecuar el importe de las multas de tráfico al nivel de renta del infractor para que exista una verdadera proporcionalidad.
No es, sin embargo, una medida novedosa. Algunos países europeos aplican desde hace años un sistema donde las multas de tráfico son progresivas: pagan más aquellos que más tienen.
Es el caso de Suiza, por ejemplo, donde en 2010 saltó a la fama el caso del adinerado dueño de un Ferrari Testarossa, al que pusuieron una multa de 200.000 euros por ir a 100km/h en un área urbana limitada a 50km/h. El tribunal que llevó la sanción estimó la fortuna personal del infractor en 15.7 millones de euros.
También en Suiza, el verano un hombre fue cazado circulando a 290 kilómetros por hora al volante de un Mercedes SLS AMG. Esta vez la multa ascendió al millón de francos suizos, unos 700.000 euros.
Por otro lado, en Finlandia también aplican un modelo proporcional de imposición de multas, donde los agentes de la autoridad tienen en cuenta el ingreso neto medio del infractor para calcular el importe de la sanción.
De esta manera, un chico de 27 años, hijo de una familia de millonarios, ostenta el récord de la multa más alta por exceso de velocidad en su país: 170.000 euros. La policía le sorprendió circulando a 80 kilómetros por hora en las calles de la capital, donde el límite de velocidad es justo la mitad. El patrimonio de la familia ascendía a 7 millones de euros.
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