Reuters/EP
Unas 50.000 personas han sido detenidas como parte de las investigaciones sobre la asonada militar. Además, miles de trabajadores del sector público --incluidos agentes de seguridad, jueces, fiscales y profesores-- han sido destituidos de sus cargos.
Turquía ha reclamado a Estados Unidos la extradición de Gulen, que vive desde hace años en Pensilvania, pero Washington insiste en que no se lo entregará a los tribunales turcos hasta que Ankara no aporte pruebas sólidas sobre su implicación en la intentona golpista.
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