Investigan denuncias sobre torturas y castigos en convento en Argentina

Un fiscal argentino abrió una investigación y allanó este jueves un convento en el que presuntamente se somete a tortura y humillaciones a las monjas de clausura, según denunciaron exinternas en una nota periodística.

"La policía ingresó a las seis de la mañana de hoy (jueves), hubo que hacer uso de la fuerza porque, si no, la medida peligraba", afirmó el fiscal Federico Uriburu en declaraciones a la prensa, al confirmar el operativo en el convento de Carmelitas Descalzas de la ciudad de Nogoyá, 370 km al norte de Buenos Aires.

El funcionario judicial abrió la investigación a raíz de un artículo de la revista Análisis, en la que se relata que en el convento "hay castigos permanentes; es habitual el uso del látigo y el cilicio para auto flagelarse", entre otros tormentos.

Las denuncias fueron hechas por exinternas "a raíz de las cuales tienen consecuencias físicas y psíquicas", afirmó.

"Tienen que ver con situaciones contra la integridad física, se investiga si hay delito de privación de libertad", agregó el fiscal.

En el convento, donde viven 20 personas adultas, fueron hallados "objetos, numerosos cilicios y látigos de 30 o 40 cm, 14 de cada uno", puntualizó el fiscal.

Los cilicios son elementos que fueron utilizados para mortificación corporal en comunidades cristianas.

Según el fiscal, durante el allanamiento mantuvo entrevistas con las monjas, y concluyó que "están allí por una elección de vida".

Las monjas reconocieron el uso de cilicios y látigos, dijo el fiscal, que investiga si se sometían a las prácticas "por elección libre o con voluntad viciada".

"Hay personas que están adentro desde hace 14 o 20 años y son personas de 35 o 40 años de edad", explicó.

Ignacio Patar, vocero del arzobispo de la ciudad de Paraná, en cuya jurisdicción está el convento, afirmó que aunque "para el lenguaje social puede sonar que sí (se usan elementos de castigo), pero en la regla interna de los monasterios carmelitas, es la manera de la vida de disciplina".

"Nos despertamos con esta noticia poco grata al ver este accionar policial sobre el monasterio, cuya regla y funcionamiento está regido por la Santa Sede", dijo Patar.

Uriburi advirtió que "todo lo que sea religioso tenemos que contextualizarlo en una Argentina en estado de derecho y donde estas prácticas no están permitidas".

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