UNA DE CADA CUATRO MUJERES DEL 'CINTURÓN DE PLATINO' EN SUDÁFRICA HA SIDO VIOLADA, SEGÚN MSF

El 25% de las mujeres entre 15 y 49 años de Rustenburg y del llamado ‘cinturón de platino’ (zona minera en el noroeste de Sudáfrica) ha sufrido al menos una violación a lo largo de su vida.
Así lo revela un informe de Médicos sin Fronteras (MSF) realizado a partir de más de 800 entrevistas a mujeres de esta provincia.
Según el estudio, más de la mitad de las agresiones fueron cometidas por la propia pareja de las víctimas.
Solo en Rustenburg (con algo más de medio millón de habitantes), alrededor de 11.000 mujeres son violadas cada año, y sin embargo, el 95% de estas violaciones nunca llegan a conocerse, pues la gran mayoría de las víctimas ni acude a recibir cuidados médicos ni denuncia la agresión.
Otro dato llamativo es que tan sólo la mitad de las mujeres entrevistadas conocían que es posible prevenir el VIH si se recibe la atención médica adecuada a tiempo.
La epidemióloga de MSF Sarah-Jane Steele, explicó que "el tratamiento médico a las víctimas de violación dentro de las 72 horas posteriores a la agresión puede prevenir la infección por el VIH y los embarazos no deseados, mientras que una atención psicosocial profesional dispensada a tiempo ayudará a mitigar el sufrimiento psicológico a largo plazo".
"Sin embargo, “la mayoría de las mujeres que entrevistamos ni siquiera sabe que existe ese tratamiento, y muchos de los servicios médicos en las inmediaciones de sus hogares carecen de los recursos necesarios. Y cuando sí existen, éstos no resultan accesibles para la mayor parte de ellas, ya que carecen de independencia económica y no pueden costearlos”, concluyó.
Para numerosas mujeres, “la violencia sexual se ha convertido en parte integrante de su vida cotidiana; es su rutina”, afirma Rosina Palai, trabajadora social comunitaria de MSF.
Muchas no acuden a los servicios médicos por la mencionada falta de información, prosiguió, pero también por la vergüenza que les supone admitir que han sido víctimas de una violación y porque les cuesta confiar en el personal médico.
Además, aquellas que han sobrevivido a la violencia sexual se enfrentan a varios obstáculos más para curarse, ya que el rechazo de la comunidad desempeña un papel importante en su completa recuperación.
De acuerdo con el Departamento de Salud de la Provincia del noroeste, del total de 783 instalaciones de salud que hay en el distrito de Bojanala (al que pertenece la ciudad de Rustenburg), sólo 11 centros de salud pública proporcionan la profilaxis post-exposición (PPE) para prevenir el VIH y realizan el examen forense con el que poder denunciar y probar la agresión.
“Todo esto revela que, además del alto número de violaciones que se producen en la región, se pierden muchas oportunidades para reducir sus importantes consecuencias de salud”, apuntó Steele.
Por todo ello, MSF pidió al Gobierno sudafricano implantar urgentemente una cartera de servicios básicos que ofrezcan una respuesta adecuada médica y psicosocial a las víctimas de violencia sexual, y eliminar las actuales barreras en el acceso a la atención médica en el cinturón de platino y en el resto del país.

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