México investiga si helicóptero policíaco fue derribado por criminales

Un helicóptero policíaco de México se estrelló el martes en Michoacán (oeste) durante un operativo para detener a presuntos líderes criminales, un accidente que las autoridades investigan para determinar si la nave fue derribada, provocando la muerte de tres policías y el piloto.

Silvano Aureoles, gobernador de esa demarcación, había escrito en Twitter que el helicóptero había "sido derribado en una zona de difícil acceso por tierra" durante un operativo.

Horas después dijo a la cadena Televisa que no podía "confirmar que haya sido derribado", pero que las autoridades están haciendo las "investigaciones correspondientes".

Aureoles añadió que confía en que un oficial que sobrevivió proporcione más información, aunque por el momento se encuentra en terapia intensiva.

El incidente tuvo lugar en la zona conocida como Tierra Caliente, azotada durante años por la violencia derivada del narcotráfico.

"Estado y federación no cederán en la lucha frontal contra la delincuencia", advirtió en Twitter el gobernador.

De ser confirmado, se trataría de la segunda vez que criminales derriban un helicóptero oficial desde 2015. En mayo del año pasado, el cártel Nueva Generación de Jalisco, estado vecino de Michoacán, usó un lanza cohetes para derribar un helicóptero militar provocando la muerte de siete soldados y una policía que iban a bordo.

Pero independientemente de cómo se cayó el helicóptero, el hecho se registra en momentos en los que la violencia está resurgiendo en Michoacán, uno de los puntos más ensangrentados por la guerra contra las drogas.

"Tengan la certeza de que vamos a liberar a Michoacán del flagelo de la impunidad y la delincuencia", dijo Aureoles la noche del martes en un mensaje a los medios.

El responsable indicó que el "siniestro" del helicóptero ocurrió cuando las fuerzas de seguridad efectuaron un operativo para impedir el secuestro de un agricultor de Pucuán del Río, municipio de La Huacana, y fueron "ubicados líderes de células delincuenciales, por lo que fueron desplegados elementos por tierra y por aire, para lograr su captura".

El gobernador indicó que las fuerzas de seguridad federales han efectuado operativos en Michoacán desde el 30 de agosto, en los que se han abatido a cinco delincuentes y detenido a otros 12 presuntos criminales.

Además se confiscaron 12 armas largas, una granada de fragmentación, un tubo lanza granadas, 2 lanzacohetes, 2 misiles, 3.650 cartuchos para arma larga, 94 cargadores armas larga y 10.300 kg de marihuana y 10 kg de la droga sintética conocida como cristal, y equipo de comunicación.

En Michoacán, el seudo religioso cartel Los Caballeros Templarios sembró el terror en la región conocida como Tierra Caliente hasta que en 2013 se erigieron grupos de autodefensa formados por lugareños armados, cansados de los robos, extorsiones, secuestros y asesinatos de esos narcotraficantes.

El cártel fue desmantelando por los operativos del gobierno en los que fueron abatidos o capturados sus líderes más visibles, y se ordenó el desarme de las autodefensas. Algunos de ellos han estado implicados en diversos delitos.

El año pasado, se registraron en Michoacán 777 homicidios dolosos y desde enero al 31 de julio pasados la cifra va en 678, al menos 150 personas fueron asesinadas sólo en julio, según cifras oficiales.

Michoacán fue el punto donde el expresidente Felipe Calderón (2006-2012) inició su guerra militarizada contra los capos de las drogas al enviar tropas casi inmediatamente después de asumir funciones.

El presidente Enrique Peña Nieto ha mantenido esa guerra militarizada antinarcóticos, pese a las denuncias de organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, de que esa política detonó un espiral de violencia.

Los asesinatos bajaron en los primeros dos años de gobierno de Peña Nieto pero volvieron a subir el año pasado. Se han registrado 11.257 homicidios en los primeros siete meses de este año, en comparación con los 9.613 contabilizados durante el mismo periodo de 2015.

Y en Michoacán, uno de los últimos episodios sangrientos ocurrió el 30 de julio cuando fueron encontradas 10 personas calcinadas en un camino de terracería, un crimen que habría sido perpetrado por un alcalde de esa demarcación, quien buscaba evitar que un cártel vendiera drogas en su territorio, dijo en agosto el gobernador Aureoles.

Se trata del alcalde de Álvaro Obregón, Juan Carlos Arreygue, quien había sido investigado antes de su investidura por supuestos nexos con Los Caballeros Templarios, según el gobernador.

Cardenales y obispos enviaron en estos días una carta al gobierno de Michoacán denunciando el aumento de la violencia contra los ciudadanos de esa región.

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