Ante la impotencia para controlar un aumento récord de los homicidios, Chicago se dotará de mil policías más en los próximos dos años, a pesar de las dificultades presupuestarias de la tercera ciudad de Estados Unidos.
El anuncio oficial de las masivas contrataciones será hecho este miércoles por Eddie Johnson, recientemente designado al frente del Departamento de Policía de Chicago (CPD, por sus siglas en inglés).
"Consideré atentamente la situación y eso es lo que necesitamos para que Chicago sea más segura", afirmó el jefe del CPD, citado por el diario Sun-Times.
"Esto tendrá un costo. Pero la seguridad de esta ciudad no tiene precio", agregó Johnson, un negro salido de las fuerzas de seguridad locales y que tendrá la dura tarea de encontrar una respuesta a las acusaciones de brutalidad y racismo de las que son objeto los hombres que están a sus órdenes.
Chicago dispone actualmente de 12.000 agentes policiales, que a menudo tienen que hacer horas suplementarias en una ciudad que sufre una guerra mortal entre pandillas.
Ya se registraron 500 homicidios en la ciudad en lo que va de 2016, es decir, más que los homicidios sumados de Los Ángeles y Nueva York, las dos mayores ciudades del país.
La Policía de Chicago es además objeto de una investigación federal, abierta en diciembre de 2015 tras el homicidio de un adolescente negro por un policía blanco en 2014, que conmovió al país y por el que fue separado del cargo el anterior jefe de policía.
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