Podemos: Good bye socialdemocracia, hello comunismo

Decía Moravia que el amor es un juego y el matrimonio un negocio. Ha terminado la hora de los arrumacos entre Garzón e Iglesias, y ya suena de fondo la marcha nupcial que ha de llevarles al altar, al altar del sacrificio en este caso. Ya que una de las dos marcas –Izquierda Unida- se va a sacrificar en beneficio de la otra. Cualquier unión debe ser ventajosa para ambas partes, pero en esta ocasión la que mejor tajada se lleva es Podemos, que ante la posibilidad de perder cierta hegemonía ha decidido “casarse” con la hija fea pero rica (en votos) de la izquierda. Por su parte I.U. pierde su libertad e independencia, y la cede en beneficio de una alianza de extrema izquierda. Mantiene su gran deuda económica, que intentará saldar con esta fusión.

El acicate de la negociación ha estado presidido por los números y no tanto por la letra. No es una fórmula matemática, más bien es el cuento de la lechera, pero los datos son estos: Tres millones doscientos mil votos de Podemos + dos millones de las confluencias + novecientos mil de la coalición I.U. , dan un total de 6.100.000 votos. Una cifra nada despreciable que puede superar a la del PSOE, y que en escaños se puede traducir en 85. Pero como ya se ha dicho en más de una ocasión, en política 2+2 no siempre son 4, y habrá que ver como se traduce en las urnas y en el recuento esta unión de conveniencia.

No hubo besos en los labios para escenificar el “matrimonio” político entre Iglesias y Garzón, pero si un montón de fotos y mucho postureo en la Puerta del Sol de Madrid, lugar simbólico para el 15-M, del que pronto se celebrará el quinto aniversario. Un 15-M que nació sin marca política y que ahora quiere apropiarse de él Podemos-I.U. Recordar que hace cinco años, cuando estalló el 15-M, Pablo Iglesias estaba vinculado a Izquierda Unida, o sea, que Pablemos no es un fruto espontáneo del 15-M, sino más bien de la estrategia política de los nuevos tiempos.

Con este “matrimonio” político termina el disimulo socialdemócrata de Podemos. La extrema izquierda se abraza públicamente al comunismo, que por otra parte ya latía de manera natural en el corazón de Pablo Iglesias y en la mayoría de los otros líderes de Podemos. En breve veremos si este striptease ideológico en plena pre-campaña, es o no un acierto.

La gran duda está en saber si este pacto de izquierdas a la izquierda del PSOE, hará que los votantes se entusiasmen con él, o servirá para que se acerquen a un Pedro Sánchez más centrado, o por el contrario funcionará la estrategia del miedo. El Partido Popular ya ha empezado a repetir el lema de que los comunistas pueden llegar a la Moncloa, y que eso sería una catástrofe para la gobernabilidad y el futuro de España. Ha vuelto el bipartidismo ideológico, aunque representado principalmente por cuatro partidos, que ya no son tan nuevos.