El monarca de este "reino" -- en realidad una región políticamente anexa al Gobierno central, pero con importantes competencias autonómicas --, ha desmentido cualquier tipo de implicación en el ataque y ha negado que esté intentando forzar una guerra separatista, como le acusa el Gobierno ugandés.
Sin embargo, el portavoz del Ejército ugandés, Shaban Bantariza, ha señalado que el monarca ha permitido el levantamiento de varios campos de entrenamiento de guerrilleros en las montañas de Rwenzori "desde donde las milicias atacan a la Policía".
Además del monarca han sido detenidas varias personas durante la operación en palacio, que vuelve a poner de manifiesto el histórico enfrentamiento entre la comunidad bakonzo a la que representa con otro reino local, el de Toro.
Aunque los enfrentamientos parecían haberse diluido en 1982 con la firma de un acuerdo por el que Rwenzururu adquirió mayores competencias autonómicas, y tras el reconocimiento de estatus semiautónomo concedido por el presidente ugandés, Yoweri Museveni en 2009, este año se han vuelto a reanudar las hostilidades entre Gobierno y milicias, que se han saldado con más de 50 muertos en enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas de seguridad.
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