Puigdemont ha presidido el acto institucional del Día Internacional de la Mujer con representantes del Govern y entidades sociales, y también ha intervenido la politóloga Tània Vergé, que ha sostenido que las políticas de igualdad hombre-mujer deben ser una estructura de Estado.
El presidente ha respondido que Catalunya tiene puestas las bases de esta estructura con tres leyes de igualdad: la de igualdad efectiva de mujeres y hombres, la del derecho a la erradicación de la violencia machista y la de los derechos LGTBI.
Vergé ha reivindicado que no se puede considerar como justo un porcentaje inferior al 50% de mujeres en los órganos de decisión, y ha apostado por una transformación social que ponga el trabajo de cuidado y protección social en el centro de la vida política y económica, rompiendo la separación entre vida privada y pública que relega estas tareas a las mujeres.
MURIEL CASALS Y MONTSERRAT ROIG
La presidenta del Institut Català de les Dones (ICD), Teresa Pitarch, ha leído el manifiesto institucional, en el que la Generalitat apuesta por "feminizar" la sociedad y desarrollar el mandato que emana del marco normativo para la igualdad, reconociendo que queda mucho por hacer para llegar a la equidad.
Puigdemont ha alabado el trabajo de mujeres, como la fallecida exdiputada del Parlament Muriel Casals, la escritora Montserrat Roig, la primatóloga Jane Goodall y la activista Malala Yousafzai --estas dos, condecoradas por la Generalitat hace poco--, y ha llamado a mantener en la memoria el sufrimiento secular de mujeres en la lucha por sus derechos: "No morirán nunca".
VIOLENCIA MACHISTA
El presidente ha calificado de inadmisible la cifra de 6.361 intervenciones policiales por casos de violencia machista que se hicieron en 2015, y ha sentenciado que esta violencia es un problema de Estado: "¿Cuántas víctimas, cuánta discriminación y cuánto sufrimiento no somos capaces de evitar, todavía?".
"Tenemos que ser proactivos y, de forma colectiva, protagonizar el cambio" que emana de las leyes, también ante la clara e inaceptable feminización de la pobreza, ya que el paro y la precariedad afectan más a las mujeres, ha añadido.
La politóloga Tània Vergé ha afirmado que la violencia machista es un instrumento de intimidación constante sobre todas las mujeres, por lo que no solo hace falta reconocer el derecho a la igualdad, sino garantizarlo formalmente, porque sigue habiendo maltrato y discriminación en todos los ámbitos.
Ha añadido que las mujeres, además de ser invisibilizadas, las son atacadas con más dureza cuando están presentes en el espacio público, "como si fueran invasoras", y se les inculca a lo largo de su vida una ideología social de género basada en las necesidades del grupo dominante --como decir que son mejor cuidadoras, ha ejemplificado--.
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