Un dispositivo policial procedió en la mañana de este martes al desalojo del edifico, antigua sede de Cantigas e Agarimos y que desde 2014 era empleado como local social por el movimiento okupa.
Tras el desalojo, se procedió a precintar las puertas y ventanas del edificio con bloques de hormigón y cemento, una cuestión que ya fue denunciada por el BNG en un primer momento, dado que el inmueble se encuentra dentro del Casco Histórico de la ciudad y es objeto de especial protección en relación a las intervenciones que se realicen en él y a los materiales utilizados.
El gobierno local, por su parte, también advirtió de esta circunstancia y, finalmente, decidió abrir un expediente disciplinario al constatar que la intervención sobre el edificio carecía de licencia y no se ajustaba al plan especial de la zona. Fuentes municipales han confirmado a Europa Press que el expediente está en tramitación y que se abrirá bien contra el propietario o bien contra la empresa encargada del tapiado.
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