TITIRITEROS. DOS TESTIGOS DECLARAN QUE LOS ARTISTAS ADVIRTIERON DE “ESCENAS ANTIPEDAGÓGICAS” Y “VIOLENTAS” EN LA OBRA

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno tomó declaración este miércoles a dos testigos presenciales de la representación de títeres 'La bruja y Don Cristóbal', que aseguraron al magistrado que los titiriteros advirtieron antes de comenzar que la obra contenía “escenas violentas y antipedagógicas”.
la obra de guiñol se presentó en el Carnaval del Madrid y motivó la detención e inicio de una investigación judicial contra los dos titiriteros por presuntos delitos de incitación al odio y enaltecimiento del terrorismo.
Los testigos que declararon hoy son dos madres asistentes a la representación. El abogado Jaime Montero, que representa a uno de los artistas, explicó a su salida de la Audiencia Nacional que las declaraciones “han puesto de manifiesto que la violencia que se ejercía en la representación era la misma que se ejercía en cualquier obra de títeres tradicional, con sus cachiporras”.
Según explicó, “la única diferencia son los personajes que sufrían esa violencia. Nos gusta más que haya indios que reciban flechas que no vaqueros. Aquí los personajes que recibían la violencia no eran la princesa, el rey, el príncipe o el ogro, y eso no nos ha gustado”.
Las madres que testificaron esta mañana explicaron al juez que los niños estaban “más aburridos que otra cosa”, que ni adultos ni niños entendieron muy bien de qué iba la obra y que no hubo más violencia que en otras obras de títeres, según la versión dada por el letrado.
Señalaron que al inicio de la representación los titiriteros advirtieron de que iba a haber “escenas violentas y antipedagógicas”. Ambas reconocieron también que no entendieron bien el argumento de la obra y que ésta les resultó “aburrida”.
EN PRISIÓN
Los dos artistas estuvieron cinco días en prisión por estos hechos. Su defensa ha solicitado el archivo de esta causa alegando que el haber exhibido en la obra una pancarta con el juego de palabras "Gora Alka-ETA" no puede calificarse como delito de enaltecimiento del terrorismo.
Además, en su recurso el letrado argumentaba a favor de la libertad de expresión y explicaba que las escenas violentas en las que se representaba una agresión a una monja y el ahorcamiento de un juez no pueden constituir un delito de odio si se compara con series televisivas dedicadas al público infantil como 'Pokemon', con contenidos altamente violentos.
El pasado 16 de marzo ya comparecieron ante el juez otros cuatro testigos: un padre y una madre que presenciaron la obra con sus hijos y dos trabajadores del Samur. La mujer, que acudió a la representación con su hija de dos años, llamó a la Policía transcurridos unos minutos de representación, por la violencia explícita que observó en la misma.
Ninguno de los dos testigos pudo explicitar detalles del argumento de la obra, porque aseguraron no haber entendido todos los diálogos. Los abogados de los titiriteros explicaron más tarde que la obra se representaba en buena parte en esperanto y latín, lo que hacía difícil su comprensión.

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