A Hillary le conviene un perfil bajo y mucho 'selfie' para la lograr la nominación demócrata

    • Clinton presumiblemente huirá de promesas polémicas que den espacio a un competidor y apostará más por el contacto con el votante.
    • A Hillary siempre se le ha criticadosu falta de cercanía con los ciudadanos, al contrario que lo que ocurrió con su marido.

Hillary Clinton como la Reina Malvada en 'Blancanieves y los siete enanitos'
Hillary Clinton como la Reina Malvada en 'Blancanieves y los siete enanitos'
David Iglesias

La prensa americana se pone a tono con las novedades políticas en Estados Unidos de la última semana. En poco más de seis días, dos republicanos anunciaron sus candidaturas a las primarias por la Casa Blanca. Y, del lado demócrata, Hillary Clinton hizo lo propio. Basta con echar una ojeada a los principales periódicos para ver que las presidenciales de 2016 ya están aquí.

Entre este mes de abril y noviembre de 2014 podrán leerse a diario análisis políticos y noticias sobre unos candidatos que estarán sobreexpuestos a los medios. En el caso de Clinton, aún más, después de que en 2008 también partiera como gran favorita… y acabara perdiendo frente a un senador que nadie conocía hasta entonces.

Al igual que en 2008, el storytelling que representa la ex primera dama es muy poderoso: ya es hora de que América tenga a su primera mujer presidenta. Pero el arranque de su campaña demuestra que ha tomado buena nota de los errores del pasado. En 2008 era Hillary for president; ahora es Hillary for America. Un sutil matiz lingüístico que resulta muy revelador: hace ocho años, la senadora Clinton figura nacional de primer orden, se presentaba a una presidencia que daba por sentado que iba a ganar. Ahora, es Hillary para servir al pueblo.

El propio anuncio lo confirmó; en vez de dar un gran mitin, rodeada de miles de personas, lanzó un vídeo de dos minutos en el cual los protagonistas son americanos de distintas razas y estratos sociales. Incluso aparecen dos hispanos hablando en español, con subtítulos en inglés. Un claro guiño a esa amplia base social que compone el sustrato del Partido Demócrata, y al cual Hillary quiere llegar sin competencia. Sólo al final del vídeo aparece, de forma tranquila, una Clinton que no oculta sus arrugas y dice que quiere ser la líder que los americanos necesitan a diario.


A Hillary se le había criticado precisamente eso: su falta de cercanía con los ciudadanos. A diferencia de su marido, el expresidente Clinton, que es un verdadero animal del retail politics (mano que estrecha, voto que gana), ella era percibida como parte de una "dinastía política", esa realeza que en Estados Unidos por constitución no existe. Algo que no conectó bien con la parte más progresista del partido, que prefirió apoyar a Barack Obama.

Lo cierto es que, a pesar del tropiezo de aquellas primarias, Hillary nunca ha dejado de hacer campaña. A lo largo de los últimos años, ha buscado reposicionarse ante la opinión pública y modificar esa percepción de lejanía que los votantes podían tener de ella. Sus años al frente del Departamento de Estado, viajando por todo el mundo, le han dado un amplio conocimiento de la política internacional y la han ayudado a posicionarse como líder global. Y le han acercado más a unos americanos que, más allá del atentado de Bengasi y alguna otra polémica, premiaron su labor al frente de la diplomacia estadounidense con altos índices de popularidad.

Después, sus calculadas intervenciones en prensa y su trabajo en la fundación Clinton con Bill y Chelsea han ido ubicándola en la mente del votante como líder incuestionable en la defensa de los derechos de las mujeres y campeona de las causas sociales. Hillary llega pues a abril de 2015 con un perfil mucho más atractivo para el americano medio, una cercanía y una humildad que harán que su paso por los 99 condados de Iowa (primera estación en las primarias para lograr la nominación) sea una agradable experiencia de campaña.

Hillary's on the trail in Iowa again today—follow @HillaryforIA for updates! pic.twitter.com/2vBHlkUw5C— Hillary Clinton (@HillaryClinton) April 15, 2015¿Qué políticas defiende Hillary?

En esta primera fase de la campaña habrá pues muchos 'selfies' con votantes. Pero, ¿qué pasa con los temas y las propuestas? No son esperables posicionamientos políticos muy rotundos que se salgan de las propuestas habituales de los demócratas. O dicho de otra forma: seguramente escuchemos pocas promesas electorales polémicas de boca de Hillary en los próximos meses. Una estrategia muy necesaria para evitar abrir un espacio político entre los demócratas que dé alas a otros candidatos más de izquierda. En especial, a Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts desde 2013 y máximo exponente del progresismo demócrata.

Con prudencia, Hillary irá presentando su programa en los distintos ejes. En lo económico, apostará por una política similar a la de Obama, aunque menos progresista. En el vídeo de campaña ya afirma que los americanos han peleado duro para dejar atrás la crisis, pero que el sistema todavía es favorable a aquellos que están en la cúspide de la pirámide.

Es previsible que anuncie recortes de impuestos para la clase media y un aumento del salario mínimo. Apoya la reforma de 2010 que endurece la regulación para las empresas financieras, pero no se espera que adopte una línea de acción especialmente dura contra la banca y Wall Street.

"We need to build the economy of tomorrow, not yesterday."— Hillary Clinton (@HillaryClinton) April 14, 2015

En lo energético, es fiel partidaria de las políticas que luchen contra el cambio climático. Y apoya ayudas a empresas contaminantes para que cambien su modelo y reduzcan sus emisiones.

En lo social, se pueden esperar propuestas y actos con mujeres. Y con distintos colectivos, quizá con especial énfasis en unos hispanos que ya fueron aliados suyos en 2008 en lugares como Nevada. Si ya entonces eran importantes, ahora más. Cada mes que pasa, miles de latinos acceden a la mayoría de edad que les permite votar. No hay más que ver los datos del censo para advertir que se han convertido en la minoría clave, sin cuyo apoyo es muy difícil llegar a la Casa Blanca. También hablará en favor de los homosexuales y de los otros colectivos cuyas reivindicaciones están en el centro del debate sociopolítico en Estados Unidos.

Respecto a la ley sanitaria, lo lógico sería que mantuviera la reforma de Obama o que introdujera cambios mínimos. Después de todo, ella fue la primera en América que hizo de esta cuestión bandera propia, cuando era primera dama.

En inmigración respalda las órdenes ejecutivas de Obama que han buscado solucionar el problema en un país en el que hay más de once millones de inmigrantes indocumentados. Soluciones en la línea de integrarlos, no de expulsarlos, que dan un balón de oxígeno a millones de hispanos que aspiran a lograr una vida mejor que la que dejaron atrás en sus países de origen.

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