Abstención y atraso en resultados, desafíos en las elecciones locales lusas

  • El esperado aumento de la abstención en Portugal y los posibles atrasos en la divulgación de los resultados son los últimos desafíos de los comicios locales de mañana, sobre los que conservadores y socialistas hacen lecturas diferentes.

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 28 sep.- El esperado aumento de la abstención en Portugal y los posibles atrasos en la divulgación de los resultados son los últimos desafíos de los comicios locales de mañana, sobre los que conservadores y socialistas hacen lecturas diferentes.

Cerca de 9,5 millones de portugueses están llamados a las urnas para escoger 308 alcaldías, entre ellas las emblemáticas Lisboa y Oporto, y unas 3.000 "freguesias" o parroquias, mínimas unidades de poder local semejantes a un barrio e integradas en los consistorios.

En la primera cita en las urnas desde que el país firmase en mayo del 2011 un rescate financiero internacional, la elevada abstención registrada en los últimos comicios municipales del 2009 (40 %) es uno de los principales motivos de inquietud entre los partidos políticos, ya sean de izquierdas o de derechas.

El desencanto de los portugueses con la clase política, acentuado por los efectos de una larga recesión y el alto desempleo (16 %) y magnificados por la aplicación del programa del rescate, ha llevado a que apenas 9 de cada 100 portugueses confíen en los partidos políticos.

"Sé que hay muchos desilusionados y desencantados con la política. Pero, si dejan de votar, serán otros quienes escogerán por vosotros", comentó esta última semana el líder de la oposición, el socialista António José Seguro.

En la víspera de las elecciones, la jornada de reflexión transcurrió sin incidentes.

Solo el ministro de Interior, Miguel Macedo, hizo declaraciones a la prensa para alertar de que la divulgación de los resultados podría sufrir atrasos anormales debido a la reciente reorganización municipal que dictó la desaparición de cerca de un millar de "freguesias".

Este viernes, último día de campaña, el gobernante Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) y el principal opositor, el socialista (PS), que controlan 139 y 132 alcaldías, respectivamente, se cruzaron acusaciones sobre la interpretación de los comicios.

El PSD del primer ministro, Pedro Passos Coelho, ha asegurado que las municipales no son un plebiscito al Gobierno, mientras que los socialistas de Seguro han pedido el voto para castigar al Ejecutivo.

"Todos los que ven estas elecciones pensando en el Gobierno y en los futuros gobiernos muestran una profunda falta de respeto por los electores", destacó Passos Coelho, quien aseguró que será en las legislativas, programadas para la mitad del 2015, cuando habrá tiempo de discutir el futuro Ejecutivo luso.

Los gobiernos de los bastiones Lisboa, donde reside el poder político, y Oporto, tradicionalmente el motor industrial del país, son las urbes más importantes en juego.

El último sondeo dio al actual alcalde de Lisboa, el socialista António Costa, como el favorito indiscutible, con el 48 % de las intenciones de voto.

Mientras, en Oporto, la carrera electoral se prevé muy apretada con el independiente Rui Moreira ligeramente al frente de la intención de voto, con un 29 %, por delante del conservador Luís Filipe Menezes (26 %) y el socialista Manuel Pizarro (24 %).

Contra el dominio de los dos grandes partidos luchan las decenas de candidaturas independientes nacidas en los últimos años, así como el Partido Comunista Portugués (PCP), que suma 28 consistorios, y el marxista Bloque de Izquierda, con apenas uno.

La campaña a las locales tuvo también la peculiaridad de haber tenido una tímida cobertura entre las televisiones generalistas lusas, que esgrimieron falta de medios para cumplir con el seguimiento imparcial que exige la ley.

También estuvo teñida por la polémica interpretación del Tribunal Constitucional sobre la ley que impide gobernar a un alcalde más de tres legislaturas y que permitió a algunos "veteranos" regidores presentarse como cabezas de lista en municipios diferentes de los que habían administrado.

Fernando Seara y Luís Filipe Menezes, candidatos del PSD a alcaldes de Lisboa y Oporto, respectivamente, obtuvieron la autorización del Constitucional para optar a gobernar las principales ciudades del país, a pesar de acumular tres o más mandatos en otras ciudades.

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