Afrontar la soledad, las nuevas reglas y el reproche social, los retos de Bárcenas

    • Este viernes 27 de junio se cumple un año del ingreso en prisión del ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas.

Luis Bárcenas ha cumplido un año en la cárcel: el 27 de junio de 2013 puso un pie en ella. Desde entonces hemos sido testigos de una cronología de un escándalo de corrupción. ¿Cómo puede haberle afectado estos 365 días en la cárcel?

El psiquiatra José Carlos Fuertes Rocañi, explica que a cualquier persona sana y equilibrada, el ingreso en prisión produce, sobre todo al principio, “un estado de abatimiento, tristeza y pesimismo vital”. “Con el paso del tiempo se construyen mecanismos de defensa que permiten la adaptación al medio”, indica.

Este experto recuerda que “hay personas que son especialmente sensibles y vulnerables, o bien que tenían alteraciones psíquicas previas. En estos casos se pueden producir episodios depresivos severos que requieran tratamiento”. Este viernes, el abogado del ex tesorero, Javier Gómez de Liaño, ha afirmado a este medio que suc liente no recibe ningún tipo de tratamiento psicológico en prisión y que se encuentra "bien".

Ante la pregunta sobre cómo cree que se tiene que sentir Bárcenas explica que el recluso “está agobiado y hostigado por la pérdida de libertad, por la soledad, por las dificultades de adaptación a un ambiente desconocido con reglas muy diferentes a las que tenía en la calle, reglas a veces no escritas ni claras”.

A esta situación hostil, hay que añadir los sentimientos que afloran en los familiares de los presos. “Participan en la zozobra y del dilema que tiene el recluso, a lo que se le añade el reproche, recriminación y censura social con la que tienen que vivir constantemente, lo que les lleva con frecuencia a buscar aislamiento y a sufrir crisis de angustia”, concluye este experto.

Mostrar comentarios