(ampliación) la audiencia nacional impone penas de cinco a 21 años a los tigres de arkan y les absuelve del asesinato de un compatriota


La Audiencia Nacional ha impuesto penas de entre cinco y 21 años a los cuatro integrantes de la banda paramilitar serbia conocida como Tigres de Arkan, por delitos de integración en organización criminal, depósito de armas de guerra, encubrimiento y falsedad documental, y les absuelve del asesinato de un compatriota.
En concreto, impone a Luka Bojovic, a quien el fiscal consideraba el cabecilla, una pena de 18 años de cárcel por integración en organización criminal, depósito de armas y falsedad documental. Por su parte, Vladimir Milisavljevic tendrá que cumplir 21 años por los cuatro delitos, Sinisa Petric ha sido condenado a 15 años y Vladimir Mijanovic a cinco por ser miembro de la banda.
Bojovic ha sido absuelto de la acusación de asesinato de un compatriota en Madrid en 2009. La fiscal de la Audiencia Nacional Ana Noé pedía para ellos penas de entre 5 y 41 años de prisión. El cadáver de la víctima fue descuartizado y triturado y sus restos fueron arrojados al río Manzanares en Madrid.
Los datos de la investigación policial apuntaban a que los acusados -el presunto líder del clan Zemun, heredero del grupo criminal tras su disolución, Luka Bojovic, y tres de sus hombres, Vladimir Milisavljevic, Vladimir Mijanovic y Sinisa Petric- cocinaron e ingirieron partes del cuerpo del ciudadano serbio, asesinado a martillazos, algo que no ha quedado acreditado en el juicio.
La Fiscalía solicitaba 41 años de cárcel para Bojovic, 21 para Milisavljevic, 17 para Petric y 5 para Mijanovic por la comisión de delitos de participación en organización criminal, asesinato, encubrimiento, depósito de armas de guerra y falsedad documental.
Los cuatro acusados se dirigieron al tribunal al término del juicio para insistir en su inocencia. Bojovic, en concreto, pidió que terminara "la pesadilla" que sufren él y su familia y reclamó una decisión "justa y correcta".
Según la fiscal, los acusados "formaban parte de una organización criminal y eran prófugos de la justicia serbia". Colocaba a Bojovic como cabecilla de la banda y le señalaba como autor material del asesinato de Milan Jurisic, golpeándole en la cabeza con un martillo cuando salía de la ducha.
Según el relato de la fiscalía, sus hombres le ayudaron a hacer desaparecer el cadáver de una forma particularmente cruenta. Para no ser descubiertos y evitar hacer ruido durante la noche, cortaron el cuerpo en trozos que guardaron en el frigorífico, según varias declaraciones de testigos prestadas durante el juicio.
En los días posteriores, y siempre según esos testimonios, molieron "las partes blandas" con dos máquinas de picar carne. La primera máquina eléctrica empleada se rompió a causa de una antigua bala que la víctima tenía alojada en el cuerpo y los acusados se vieron obligados a comprar otra.
Además, según la Fiscalía, serraron los huesos y fracturaron la cabeza. El encargado de deshacerse de estos restos fue un integrante del clan condenado a más de 100 años de cárcel en Serbia, Sretko Kalinic, que se trasladó en bicicleta hasta el río Manzanares con los fragmentos y los arrojó al agua a la altura del puente de la Reina Victoria. Kalinic, apodado 'La Bestia', fue el autor de la confesión que condujo a la detención en España de los cuatro acusados.
Antes de abandonar la casa, a finales de abril de 2010, Milisavlevic llevó a cabo una reforma total. Cambió el suelo, pintó y cambió todo el mobiliario y sustituyó la nevera y el inodoro del baño.
Sin embargo, la sentencia conocida hoy asegura que “no puede concluir en afirmación inequívoca que atribuya a Bojovic la muerte de M. Jurisic, existiendo otra posible dirección a la que apuntan los resultados de las pruebas practicadas”.

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