Ánimo agridulce en el PSOE tras el debate: no se descarta un "batacazo" el 20-D

    • Pese a la victoria de Sánchez en el 'cara a cara', el ambiente es "lúgubre" en Ferraz.
    • Fuentes socialistas creen que ayer se desaprovechó la oportunidad de presentar una alternativa de liderazgo.

Sánchez, antes de empezar el 'cara a cara' con Rajoy.
Sánchez, antes de empezar el 'cara a cara' con Rajoy.

El tono agrio mostrado por Pedro Sánchez en el debate de ayer no ha gustado en Ferraz. Pese a que la mayoría de encuestas y análisis posteriores al cara a cara dieron ganador al candidato socialista, el ánimo en la sede del aún principal partido de la oposición es moderado. Mucho.

Ni siquiera la aparente estabilidad que dan las últimas encuestas, que parecen confirmar un segundo puesto, aún eso sí en liza con Ciudadanos unas veces y otras, con Podemos, ha contribuido a dar cierto entusiasmo en casa socialista. "No se descarta un batacazo", resume un destacado miembro del partido. El ambiente previo al 20-D es oscuro en Ferraz, "lúgubre", describe. Eso, pese a que los posibles pactos post 20-D, no les cierren aún del todo las puertas del Gobierno.

Una parte del socialismo cree que Sánchez perdió ayer la oportunidad de presentarse como auténtica alternativa, imponiéndose "con autoridad y categoría, con propuestas", al optar en su lugar por el ataque directo y enfangado a Rajoy. Su acusación de "indecente" al presidente del Gobierno ha sido contestada este martes no solo por dirigentes populares. Fuentes socialistas insisten también en que ese tono de cloaca enturbió la ocasión de trasladar una imagen de moderación y liderazgo, vital para recuperar a aquellos votantes ahora perdidos en el desencanto, el bolsón de voto aún indefinido, los "socialistas de corazón", a los que Sánchez se ha dirigido con insistencia en cada mitin.

Las mismas fuentes consideran que esa actitud no hizo más que reforzar el papel de alternativa que disputan también Podemos y Ciudadanos, y que Iglesias y Rivera, sin estar presentes en el debate, lograron su cometido, "visualizar el contraste entre lo viejo y lo nuevo". Iglesias y Rivera participaron este lunes en un 'contraprograma' emitido por La Sexta en el que coincidieron en el fin del bipartidismo y el cierre de una época de la política española, y enfatizaron también la brecha que les separa de las formaciones tradicionales.

Sánchez, mientras, se ha reafirmado este martes en el ataque lanzado contra Rajoy en el cara a cara. "Le dije lo que millones de españoles piensan y piensan con razón", ha insistido esta mañana, en una entrevista en RNE, en la se ha mantenido en que el presidente del Gobierno tendría que haber dimitido tras el escándalo.

El PSOE encara el 20-D en una horquilla aún demasiado amplia para los pronósticos, los 76-94 escaños, aunque en todo caso, siempre por debajo de los peores resultados históricos del partido. En 2011 se lograron 110, un 28'76% de los votos y por entonces, el resultado se interpretó ya en términos de debacle. Es verdad que entonces el juego se disputaba entre solo dos, y que el PSOE tenía el reto imposible de remontar una crisis provocada por su gestión de la situación económica. Esa caída siguió después, en las europeas de 2014, con un 23% del voto, y sólo fue relativamente aliviada el 24-M, al arrebatar-merced del pacto con Podemos-varias plazas autonómicas y municipales de peso.

Los previsibles resultados estarían incluso por debajo de esos 100 escaños considerados la línea imaginaria en la que el partido ha trazado la guillotina de su secretario general, y muy lejos de los 130 que hace dos meses sonaban aún como posibles. Por entonces, aún no había explosionado Ciudadanos, el partido que tiene ahora en sus manos que el 20-D se considere un éxito o fracaso para el socialismo.

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