Aragón, barómetro de España, campo de batalla para los nuevos partidos

  • Desde hace más de 30 años, Aragón siempre ha votado por el vencedor de las elecciones generales, y esta vez los sondeos en esta región española prevén que quien gane en los comicios del 20 de diciembre deberá formar alianzas.

El Partido Popular (PP) del gobierno conservador saliente, al que los sondeos auguran una ajustada victoria, ya vivió una situación similar hace unos meses en esta región del noreste de España.

Ganó en Aragón en las elecciones regionales de mayo, pero sin mayoría absoluta. Los socialistas del PSOE se hicieron con el poder con el apoyo del nuevo partido antiausteridad Podemos que, con 20% de votos, realizó aquí su mejor resultado.

Desde entonces, el PSOE dirige un gobierno minoritario y Podemos, aliado del griego Syriza, lo respalda puntualmente.

"Estamos aportando una vigilancia y un control del gobierno como no se había visto hasta ahora", explica Pablo Echenique, secretario general de Podemos en Aragón.

Este investigador en física teórica de 37 años fue uno de los cinco eurodiputados elegidos en las europeas de 2014, cuando la formación irrumpió en la escena política.

De barba corta y gafas finas, una enfermedad degenerativa lo mantiene en una silla de ruedas pero es su amplia sonrisa la que atrae la mirada.

En su oficina de Zaragoza, la capital regional donde la catedral tañe sus campanas al borde del río Ebro, Echenique lamenta que el partido socialista sólo haya aplicado dos de las 10 medidas que exigía Podemos.

"El PSOE ha faltado a su palabra. Ha aprendido a hablar como Podemos, a imitar a Podemos, pero debajo de este lenguaje está el mismo PSOE que antes", considera.

Podemos, sin embargo, pierde gas: "15% será un resultado bueno y un 20% sería un resultado maravilloso", estima David Pac, de 46 años, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Zaragoza.

Ciudadanos, que como Podemos propone renovar España pero con un programa neoliberal, lo superó en los sondeos: los conservadores necesitarían a Ciudadanos para mantenerse en el poder y los socialistas para hacerse con él.

Según la última encuesta del estatal Centro de Investigaciones Sociológicas, Ciudadanos obtendría dos escaños en Aragón, Podemos uno, el PP seis y el PSOE cuatro.

"Podemos había hecho una grieta en el sistema electoral y Ciudadanos se está introduciendo en esta grieta", como alternativa para los "votantes que habían perdido confianza en el PP y en PSOE", explica Pac.

Uno de los factores clave de las elecciones será la movilización de 7,5 millones de electores de menos de 35 años, fuente de votos de los nuevos partidos.

"Los jóvenes son los que más se están jugando porque tienen un problema muy importante que es el desempleo", pero votan menos que los viejos, dice el politólogo. En España, hay 11,5 millones de votantes de más de 60 años.

En Aragón el desempleo es inferior a la media nacional de 21% pero supera aún el 40% entre los jóvenes de 18 a 35 años, especialmente sin formación, según Ricardo Mur, vicepresidente de la confederación patronal regional.

"Todos los ingenieros que salen de la universidad salen colocados", asegura. Su empresa de software pasó de 280 a 450 empleados en tres años. "Tenemos verdaderas dificultades para encontrar los perfiles adecuados", asegura.

Otros tienen menos salidas. Carlos Biel tiene 25 años y un máster de profesor de Historia, pero en los últimos dos años ha trabajado como recepcionista en un hotel y como vendedor en unos grandes almacenes.

"Voy a votar a Ciudadanos porque es el complemento perfecto al PP para que impulse las reformas", afirma.

Pese a tener dos diplomas, Raquel Lisbona, de 28 años, vive de pequeños trabajos encargados por un estudio de diseño industrial y de su empleo como camarera los fines de semana.

Lo que querría es crear su propia empresa. Los nuevos partidos "podrían facilitar mucho el tema de los nuevos emprendedores", afirma, pero "creo que al final todos venden un poco de humo".

Para Pepe Cerdà, un conocido artista de 54 años, los jóvenes quieren el cambio, pero "las personas un poco más mayores sabemos que las cosas no han ido tan terriblemente mal como en otros países", dice pasando ante los palacios de estilo italiano construidos cuando el reino de Aragón dominaba Nápoles y Sicilia.

El español "es un sistema que en realidad ha funcionado", concluye.

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