Argentinos votan por un peronismo dividido entre oficialistas y disidentes

Alejandro Méndez

Buenos Aires, 20 oct.- Las elecciones presidenciales del domingo próximo en Argentina confirmarán, según los sondeos, que el peronismo acapara más del 70 por ciento de los votos, sumados los apoyos de la jefa del Estado, Cristina Fernández, que busca la reelección y es la favorita, y los que reciben sus disidentes.

El "mapa" del Partido Justicialista (peronista), que hoy controla 17 de las 23 provincias argentinas, se dibuja históricamente bajo el precepto de que el sector vencedor gobierna y el resto acompaña, aunque sea a regañadientes, coinciden los analistas.

Tres de las cinco provincias gobernadas por dirigentes de otros partidos son aliadas al peronista Frente para la Victoria que lidera Fernández, a quien las encuestas le vaticinan la reelección con alrededor del 55 por ciento de los votos.

En las primarias de agosto pasado, Fernández había reunido el 50,24 por ciento de los votos, mientras que el expresidente Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá, líderes del peronismo disidente, convalidaron sus candidaturas presidenciales al frente de fuerzas con las que reunieron el 12,12 y el 8,17 por ciento de los sufragios, respectivamente.

Rodríguez Saá, gobernador saliente de la provincia de San Luis (oeste), reprocha a Duhalde (2002-2003) el haber sido el artífice de la aparición del Frente para la Victoria, al apoyar la candidatura de Néstor Kirchner, el fallecido esposo de Fernández, en 2003.

Duhalde sostiene que el Frente para la Victoria "es una secta" a la que le augura poca vida dentro del peronismo, si bien la fuerza creada por Kirchner (2003-2007) se encamina a gobernar por un total de doce años con la anunciada reelección de Fernández.

Carlos Menem (1989-1999), actualmente aliado del "kirchnerismo", es hasta ahora el único peronista que puede ufanarse de haber gobernado el país por más tiempo, incluso más que su fundador, el fallecido general Juan Perón (1946-1955 y 1973-1974).

Cuatro días antes de que se celebrará la segunda vuelta electoral en 2003, Menem se retiró de la contienda, lo que dejó a Néstor Kirchner, que había quedado en segundo lugar en la primera, como ganador.

"En el peronismo, el que gana gobierna y el que pierde acompaña", apuntó a Efe el analista Jorge Arias, de la consultora Polilat, a modo de resumen sobre las características de ese movimiento capaz de cobijar variopintas corrientes políticas.

Analía del Franco, de la consultora Analogías, remarcó a su vez que el peronista victorioso alinea de inmediato a buena parte del sindicalismo y a dirigentes de otras fuerzas, como ocurrió con los gobernadores de las provincias de Corrientes y Santiago del Estero, quienes provienen de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria.

Perón, fallecido en 1974, solía decir que los peronistas "son como los gatos: cuando gritan parece que están peleando, pero lo que hacen es reproducirse".

El "huracán Cristina", como algunos llaman a la mandataria luego de su contundente victoria en las primarias, ha acallado signos de rebelión de varios peronistas disidentes, como es el caso de los que hoy gobiernan en Córdoba (centro), segundo distrito electoral del país.

En el peronismo disidente también se enrola el empresario argentino-colombiano Francisco de Narváez, quien ha formado una alianza con la UCR en la provincia de Buenos Aires, bastión del Frente para la Victoria y uno de los nueve distritos que el domingo próximo elegirá gobernador.

También se han declarado peronistas el cineasta Fernando "Pino" Solanas, líder del centro izquierdista Proyecto Sur, y el empresario Mauricio Macri, quien a mediados de año ha sido reelegido alcalde de Buenos Aires al frente de la alianza conservadora Propuesta Republicana.

Hay un dicho que con cierta sorna popular afirma que "casi todos los argentinos son peronistas, pero muchos no lo saben o no quieren reconocerlo".